jueves, 30 de enero de 2014

TIENES UN MOMENTO


Hubo un tiempo en mi vida que me ponía malo cuando alguien se acercaba, presionaba un poquito mi codo, y decía sonriendo “¿tienes un momento?”.

Al principio, durante los primeros años, picaba, y respondía “¡por supuesto, faltaría más, por el amor de Dios!”. Después caía en la cuenta que el tipo de la sonrisita era un perfecto cabrón que venía a tocarte los cojones. Claro, no le podías responder “ ¡no tengo un momento, vete a tomal pol saco, pesao!”.

Pero por lo menos le ponías cara de decirle eso, y cosas peores.

Lo del “tienes un momento” es lo lo mismo del “cuando puedas” en los bares. Pero lo mismo.


El tío que entra en el bar que está a reventar , levanta la manica, y dice al camarero “ cuando puedas tres cañas, dos Cocacolos, y tres tapas de croquetas”. 

“Cuando puedas”.... Lo que quiere decir es “ mira, aquí está el más guapo del bareto y me vas a traer tal y tal, pero ya”. Eso lo sabe cualquier camarero con un poco de experiencia.

Porque “cuando puedas” es una falta de educación y de respeto por el trabajo del camarero , que “si no puede” será porque está que lo peta de curre y ya le llegará el turno al guapito.

Y si le dice “cuando puedas” y el camarero está solo en la barra leyendo el periódico, entonces, el cliente es que es gilipollas.

Y uno llegó a la conclusión de que jamás, insisto, jamás, te acerques a un tío con cara de “¿ tienes un momento?”, porque te va a venir con una gansada de aupalerele.

¿Para qué te tengo que dar yo a ti un momento, a ver?,.. ¿para que me digas algo que a ti no te gusta y a mi sí?...¿para decirme una cosa que ya sé de mi porque es defecto de fábrica y no hay manera de arreglar esa tara?...¿para qué me apartas de mi camino, me paras en seco, y me dices que te has dado cuenta que tengo los zapatos sucios?...

¡Joder!, pues para eso no me pares y me metas en una habitación. Para eso, me lo dices directamente, “ ¡joder, macho, cómo llevas los zapatos!”, o “ ¡oye, deja comer a los demás patatas fritas, que también nos gustan !”...y tantos ejemplos de la vida cotidiana que en la calle , y en la familia, se arreglan sin tanta ceremonia, y tanta martingala.

Y el “tienes un momento” dejará de existir y se usará para cosas más serias.

Entonces no dirás “ tienes un momento”, entonces dirás “ tenemos que hablar largo y tendido de un asunto serio usted y yo, caballerete”.

14 comentarios:

  1. En Misericordia de Galdós, describiendo a un personaje, dice el garbancero "se petrificó en el celibato, primero por adoración de sí mismo". Tuve un "deja vu".
    Debo reconocer que ahora, "en mi mundo marrón, doble ración de realidad común", cuando voy al bar, al lado de casa (ayer vimos el fúrbol y comentamos lo del pago del iva de hoy), a pesar de ser el único cliente, me dirijo al barman: "Domingo, cuando puedas, si no te importa, me pones una cañita; pero sin prisas"; "yo soy tu camarero" me responde, para lo mismo responder mañana. Creo que yo también me he petrificado.
    El guiño a Manolo: caballerete....

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Siempre lo mismo en mi caso. He observado que te duermes. Conseguí una técnica que me mantenía erguido con los ojos abiertos pero dormido profundamente después de 12 horas de trabajo + últimas asignaturas university más aviones y mucho coche...Deseaba llegar al oratorio para dormir....

      Eliminar
    2. Pues lo de dormir... muy poco. Ahora leo La llama doble, de Octavio Paz y Jorge Manrique, tradición y originalidad, de Pedro Salinas. Y he comprado el libro de Zizek y Gunjevic, God in Pain, que comentó CS.
      Doy clases de religión en el instituto de mi barrio, a ver si convenzo a los chicos. Como en los Blue Brothers: I am a man with a misión.

      Eliminar
  2. Suso, yo soy de los que dicen en el bar "cuando puedas....", pero lo decía (ya no lo volveré a decir) con toda mi buena fe de no presionar al camarero si tenía faena, de darle a entender lo que quería tomarme pero que me podía esperar. Leyendo tu interpretación, me he sentido hasta mal. Por cierto, cuánto he llegado a odiar el "¿tienes un momento?, porque, como bien dices, siempre eran gilipolleces. Un abrazo

    ResponderEliminar
  3. Buenos días Mauricio

    Imagino que eso de "tienes un momento" lo utilizaríais mucho en círculos muy diferentes al mío, porque los que yo he escuchado no han sido así. Han sido de verdad para saber si podíamos charlar algo más de lo habitual, no los 5 minutos de la llamada de rigor, o para saber si en "ese momento" de más, nos podíamos tomar un café. Y son momentos agradables porque, de verdad, tienes (o tienen) ese momento para nuestra amistad. He dado de esos momentos y he recibido de ellos.

    Lo del asunto "largo y tendido" me suena más a director de colegio llamándote al orden, me dan escalofríos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Yo tenía la misma idea de "¿Tienes un momento?" que tú! Lo que me da realmiente miedo es "tengo que hablar contigo"

      Eliminar
  4. Pues sí, Pilar, los "tienes un momento" que se tratan aquí no tiene nada que ver con esos que hablas, tan estupendos.

    ResponderEliminar
  5. Me ha invadido la nostalgia. Que tiempos aquellos. ¿Verdad?


    N.

    ResponderEliminar
  6. Lo peor era cuando el tienes un momento se convertía, una vez entrados en la habitación, en "si te parece nos sentamos" y entonces el baranda de turno empezaba con aquello de "he llevado tal tema a la oración"... y el momento duraba unos 5-7 minutos en los que "el ofrecedor" del momento se explayaba y salía con cara de beatoquebienlohagodeestamehacendirector y tu salías mandandole a tomar pol saco mentalmente y con una sonrisa de agradecimiento tambien beatífica.

    Fdo. ex bético, ahora sevillista

    ResponderEliminar
  7. En la sf decíamos más cursi, "tienes un momentito", y creo que era la frase que más me irritaba del mundo, porque anunciaba la forma más esperpéntica de perder un momento

    ResponderEliminar
  8. "N" ni siquiera preguntaba si tenías un momento. Se apropiaba el momento por las buenas, no se cómo será ahora

    ResponderEliminar
  9. Tal vez la cuestión sea otra.
    Ni se trata tanto de decirle al camarero que si tiene un momentito.
    Comportate con naturalidad, y a la hora de pagar que le den al camarero; te diriges directamente a la camarera, y le dices con una sonrisa de oreja.

    ¿ Me podrías decir cuanto te importo ?

    Igual no pasa nada.
    Pero es posible, e insisto, solo posible, que ese día descubras lo que el destino te tenía reservado.
    Julandrón !

    ResponderEliminar
  10. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  11. Qué bonito lo de la corrección fraterna....... pero no parece ni corrección ni fraterna, parece monólogo severo de superior con pretensiones. Eso de la corrección fraterna lo hacemos las madres desde que lo somos, sin tanta historia ni momentito. Había oído hablar de lo del saludo "secreto", más parece un santo y seña del club de los 5 secretos, suena ....... suena raro ;)

    ResponderEliminar