sábado, 22 de febrero de 2014

DONDE HA LLEGADO.



En su día  novela Los hermanos Karamazov me dejó muy tocado. Las conversaciones entre Alexsei, hombre de fe, y su hermano Iván, ateo recalcitrante, son demoledoras. La escena del salvaje apaleamiento a un caballo, metáfora de la Pasión , es terrible, así como muchos de los personajes que   se cruzan.

La parte del Gran Inquisidor es un callejón sin salida moral que angustia al más pintado.

Es el misterio del dolor, de por qué somos como somos, tan crueles, más bestias que las bestias. Dios, la muerte, el dolor, el bien, la dignidad , la lujuria, la mentira. Lo más grande y lo más ruin.

En Sierra Leona, los guerrilleros cortan la mano derecha de los habitantes de una aldea antes de retirarse. Una niña, que está muy contenta porque ha aprendido a escribir, pide que le corten la izquierda para poder seguir haciéndolo. En respuesta, un guerrillero le amputa las dos.

En Bosnia, unos soldados detienen a una muchacha con su hijo. La llevan al centro de un salón. Le ordenan que se desnude. «Puso al bebé en el  suelo, a su lado. Cuatro chetniks la violaron. Ella miraba en silencio a su hijo, que lloraba. Cuando terminó la violación, la joven preguntó si podía amamantar al bebé. Entonces, un chetnik decapitó al niño con un cuchillo y dio la cabeza ensangrentada a la  madre. La pobre mujer gritó. La sacaron del edificio y no se la volvió a ver más» (The New York Times, 13-12-1992)
.
La vida es una mierda. Hitler, Stalin, Pol Pot...

Pero llama la atención que en medio de tanta miseria, de tanta indignidad, que parece formar parte de nuestra condición ( basta asomarse al Antiguo Testamento)  sólo Jesús, y dónde ha llegado su doctrina , ha conseguido cambiar , o  al menos mejorar,  esa condición salvaje y cruel.

Es increíble comprobar como con el Amor, con el perdón, con el martirio, con poner la otra mejilla, puedes transformar a esos salvajes en personas. Y si no es así, da lo mismo: moriré porque sea así.

Es difícil entender que ante tanta maldad, tanto hijo de puta suelto, haya quienes defiendan que ellos , los malos, también  merecen ser dignos, independientemente de su barbarie.

Es difícil de entender que haya quien defienda que no se puede aplicar la ley del Talión, y que predique el perdón.

¿A quién coño se le ocurrió semejante idea, y cómo consiguió meterla en el corazón de hombres con la conciencia como el caparazón de una tortuga?

 Parece que fue Jesucristo...y dónde ha llegado Él ,  el mundo es distinto.

En Roma Percibes todo eso , el  bien y el mal.
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6 comentarios:

  1. Suso, estás viendo Roma con nuevos ojos, das envidia, besos de Barcelona

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  2. A veces, cuando ando flojeras de fe, cuando la naturaleza humana me oprime y me impide ver un futuro digno, cuando me dan ganas de apostarme en la terraza de mi casa y disparar a cualquier coche oficial que pase, cuando noto que esta a punto de salir lo peor de mi mismo y seria capaz de vender mi alma al diablo, a veces salgo a dar un largo paseo, y asi evito meterme en charcos profundos.
    Camino solo, y miro hacia las alturas.
    Intento mantener una conversacion con un Dios lejano e inaccesible.
    ...
    Al rato, tras decirle lo que siento,sigo siendo el mismo animal de bellota, el mismo asesino en potencia, la misma mala persona, pecadora e inconsciente de hace un rato.

    Pero me siento mejor conmigo mismo.

    Es la eterna lucha entre el bien y el mal. Y se desarrolla dentro de cada uno de nosotros de forma salvaje.
    Por eso, necesitamos mirar hacia arriba.
    Para volver a meter el cuchillo en su funda, y no decapitar al projimo.
    Por muy cabroncete que sea el jodido hijo de la gran puta.

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  3. Lo de perdonar está muy bien. Pero esto es como las subvenciones: al final algunos se convierten en adictos al perdón, con diferentes excusas (enfermedades, etc.) y se olvidan de trabajar, de hacer el bien. Son un objeto pasivo en la vida: no hacen nada, solo reciben.
    Al lado del perdón está la justicia y la obligación de reparar: eso es para mí muy importante. Lo que hablabas ayer acerca de las nulidades matrimoniales. En la mayoría de los casos son un sacrilegio, porque por los argumentos aportados los contrayentes ya sabían que era nulo. Luego, si es así, debes de algún modo reparar el daño.
    En el Betis me dijeron que ya no tenía vocación y por derribo escribí mi carta de dimisión (en la primera versión exoneraba al Betis de sus obligaciones contraídas conmigo, porque eran ellos quienes lo pedían). Un religioso amigo mío estaba muy sorprendido de que después de cuatro décadas me largasen con lo puesto, sin una ayuda, una indemnización, un interés por dónde viviría...
    En los hermanos Karamazov hay una escena genial. Muere el padre Zosimo (creo que se llama así) en olor de santidad y cuando se vela el cadáver en el monasterio empieza a desprender un olor nauseabundo; al principio todos hacen ver que no pasa nada (murió en fama de santidad, así que no puede descomponerse...). Finalmente no tienen otro remedio que aceptarlo y abrir las ventanas.
    Si vas a la tumba de nuestro fundador (es broma) puedes montar el mismo espectáculo que él montó ante la tumba de Enrique VIII (salió chillando y diciendo que si no hubiese sido por él los católicos seríamos el doble en número a los que somos actualmente); le cuentas que él prohibió que una vez muerto abriesen su féretro. Tenía miedo de que viésemos la descomposición de su cadáver. Así siempre quedan algunos que piensan que no se ha descompuesto. A ver si un transgresor como tú abre la lápida.

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  4. Me encanta tu entrada.
    El Amor es lo que mueve el mundo. Y en su ausencia, la falta de amor.

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  5. Gracias por el Post Suso, me has recordado a Miguel Gil...un nombre que empezo su trabajo en Bosnia y murio en Sierra Leona.

    Un abrazo a los dos.

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  6. Realmente no hace falta la Ley del Talión.
    ¿Podrías vivir un segundo en paz si fueras el espantajo que hizo esas barbaridades en Bosnia o en África?
    Ellos, quienes hicieron eso, son su propio castigo, o lo serán cuando entiendan con claridad la gravedad de lo que hicieron.
    Yo creo que su mal, un día, como el dolor de sus víctimas se acabará, pero siempre quedará lo que hicieron, no lo pueden borrar.
    Ciertamente, el cristianismo con el amor y el perdón mejoró las cosas; pero esto que cuentas de Bosnia y de África ocurrió después de Cristo, como muchas otras barbaridades, algunas a causa de la religión.
    Además, el amor incondicional al prójimo existía ya en algunas otras culturas (budistas, precolombinas...) a nosotros nos ha llegado a través del cristianismo porque los imperios que conquistaron el mundo lo impusieron (perdona mi heterodoxia). Si hubieran ganado otros, nos podría haber llegado, o no, el mismo mensaje a través de otras creencias.
    No obstante, no pongo en duda que Jesús, sin escribir nada, dio en el clavo; lo que es lo mismo que decir que dijo lo que los corazones necesitaban escuchar en ese momento. Y cambió la historia.

    Vinu.

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