A mi me ayudó mucho en su día
descubrir una debilidad de mi carácter que me inquietaba, y lo pasaba mal.
Todas las semanas en las casas que viví
cuatro personas se encerraban en una habitación y hablaban de
“nosotros”. “Nosotros” éramos los residentes que vivíamos
allí.
Un día pregunté a un viejo zorro
de qué trataban allá dentro tantas horas.
- Hablan de ti.
- ¿Y qué dicen de mi?
- Todo lo que tenga que ver contigo
en cualquiera de los aspectos de tu vida, las que hayas contado en
la charla, y las que no..
Yo tendría 18 años. Aquella
confidencia me puso en guardia...”¿así que se habla de mis
problemas de "pureza"?”...”¿o sea, que saben lo de que escapé al
Plata?”...¿así que...?
Y me volví un trolero de campeonato.
Después, años después, me deshice de
la idea de quedar bien, de que me importara nada lo que se pudiera
pensar, decir, o juzgar, sobre mi persona. ¿Consecuencia de esa
decisión?: regresé a la sinceridad.
Lo que hablen en una habitación, en un
rincón de un pasillo, en privado, o en público, me la refanfinfla.
Hay
una frase que he oído muchas veces, y una hace bien poco : “eres
lo que los demás perciben de ti”,
Pues no señor. Tú no eres tu
reputación.
Muchas veces proyectamos una imagen
errónea y distorsionada de nosotros, de aparentar algo que no
somos, de maquillarnos, de mimetizarnos a ese ambiente que nos
mediatiza con sus costumbres, sus normas no escritas, sus miedos.Nos pasamos la vida comparándonos, y
las comparaciones son fruto de la ignorancia.
Pásate la palma de la mano por la
barbilla y nefrégate en todo. Lo que importa es tu carácter, que es
lo que realmente eres en esencia. No dejes al ego ni un palmo de
terreno, ¡ése es tu verdadero enemigo!,nunca tiene suficiente,
siempre quiere más...y hará lo que sea para que no cantes, que seas
como los demás, que tu espejo refleje una mentira en la que nunca te
reconocerás.
Pufffff, es que seme hace muy raro vivir en un lugar en el que se hagan estas cosas ¿no se supone que es como vuestra familia? pues padre y madre pueden hablar de tus problemas para ayudarte, pero no hacer de ello un cónclave para.... ¿para?
ResponderEliminarA veces pienso que los que dejasteis esas casas teneis que flipar con la "vida normal", sobre todo su entrasteis tan jovencito como soleis hacerlo
Algunos todavía seguimos reuniéndonos en cafeterías selctas.... y hablando de uno que yo me se.
ResponderEliminarHablamos y tomamos te. Son muy entrañables estas tertulias.
Esta actitud es la que defenderían los románticos como Larra o Espronceda. Pero esos que hablan de ti te responderán que cualquier conflicto entre ellos y tú tiene su origen en un mal funcionamiento tuyo. Recuerda lo que escribiste del Arcipreste de Hita. El romanticismo es revolucionario en esencia, pero el precio a pagar es la marginación.
ResponderEliminarLa reputación importa tanto que Santo Tomás decía que matar la reputación de una persona es peor que quitarle la vida. Esos cuatro que hablan de ti no dudan en atacarla.
Hoy apartan de la carrera judicial al juez que llevó a la cárcel a Blesa.
Mañana voy a Barcelona, llego al aeropuerto del Prat a las 22.10 h....¿alguien se apunta buscarme?
ResponderEliminarCuando sea en Barajas, me llamas a mí.
ResponderEliminarQue están los taxis por las nubes; rejonazo fijo.