jueves, 3 de abril de 2014

TU MEJOR TÚ.


Ten cuidado antes de presentarte en “El Gran Teatro del Mundo”. Atiende bien al personaje que vas a elegir, o que te hagan elegir ( la educación no deja de ser un ropaje cultural, religioso, social…que vestirá “ése” personaje, y que te viene dado por otros). Los espectadores exigirán que seas fiel al primer papel que hayas elegido. Somos así: nos gustan ese tipo de fidelidades.

Ese papel expresa hoy tu realidad pero,¿y mañana?. Puede ser que mañana el deseo de agradar a los demás, o de no dar pena a otros, o de que no hay otra manera de ganarte la vida en otros papeles – o el más noble de no escandalizar a los que un día creyeron en ti- impidan cualquier cambio y acabes acortezado, siendo una caricatura de tu primer ideal. Un histrión.

Es así.

¿Por qué nuestros espectadores son tan duros con aquellos que, al cambiar la realidad, cambian también de papel?.

No es asunto fácil , pero tengo para mí que en esta película, de la que sólo Dios conoce el argumento ( y sólo Él), el que interpreta más papeles es el que se aproxima más al pensamiento del autor…a condición, claro, de que no rompa la unidad de la persona, de que tenga sustancia el cambio, y de que busque, a veces palpando por las paredes de la vida, “ tú mejor tú, ése que no te viste y que yo veo, nadador por tu fondo preciosísimo”.

6 comentarios:

  1. Todo esto que has escrito hoy es lo que no entiende el remitente del correo de la entrada del 24 de marzo.

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  2. En el fondo, Mauricio, lo único que estás diciendo es "atrévete a ser libre".

    Muchos, hoy en día y en diferentes ambientes, hablan de Libertad. ¿Cuántos de ellos son libres de verdad?

    El otro día hablaba con un sacerdote, -no precisamente verdiblanco, pues a esos me los tuve que quitar de encima hace tiempo- e hizo un símil de mi lucha interior por ser libre con ese pueblo de Israel que huyó de Egipto, pasando por un largo y duro -casi al nivel de Nacho Vidal- desierto del Sinaí hasta llegar a la Tierra Prometida.

    Pues eso. Muchos no salen de Egipto y, otros que lo quieren hacer, temen el desierto y se acaban quedando. Algo así pasaba en "El hombre en busca del sentido" de Viktor Frankl, donde al final de la guerra, los judíos preferían el campo de concentración a la Libertad. ¿Por qué? Por miedo e incertidumbre.

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  3. Ciertamente es duro, pero cuando acabas esa extenuante y desesperanzadora travesía del desierto que parece no tener fin (Sísifo a tu lado, un privilegiado) la serenidad es deliciosa. Mientras dura, claro, porque la jodía siempre se acaba y vuelta a empezar. La cabrona..

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  4. Entre 1 y 2 años es lo que dura la travesía, en función del tiempo que has estado en Egipto. A partir del año empiezas a notar que el verde vuelve a florecer. Y luego ni lo cambias por nada ni quieres que vuelva ningún tiempo pasado.

    Fdo. ex bético, ahora sevillista

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    1. Etiquetarle un plazo no es real ni justo. Con solo conocer a vari@s en la travesía se sabe que hay algun@s que les ha costado más tiempo de lo que hablas. Pero de que florece, florece.

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  5. ¡O te mueves, o caducas!
    Be water my friend.

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