sábado, 5 de julio de 2014

LA ANTICIPACIÓN.


Los que hemos sufrido una biografía de perdedores tenemos la ventaja de contentarnos con poco. A veces con nada.

Un perdedor es el estudiante que ha repetido curso, el gamberrete que fuma desde pequeñajo, el zascandil, el que le han castigado muchas veces a ir a un estudio de 4 a 8 los sábados, o le han obligado estar en casa quieto parado semanas enteras o, como en mi caso, le han sancionado a ascender por decreto ley todas las montañas del Valle de Pineta.

Y, encima, mientras los demás disfrutaban, no te comías un colín.

Una de esas ventajas, maravillosa, es la que en otra entrada se tituló “Las ventajas insondables de la vergüenza” , y que podría llamarse ” Vivir anticipadamente”. Una de las mayores gozadas que se pueden sentir, si conoces la técnica.

Se trata de escapar con la imaginación hasta el infinito y más allá, soñar aventuras desde una silla en un aula, subir durante horas una montaña y construir guiones absurdos que te llevaban muy lejos de los jadeos y el sudor, estar ausente de una charla plomiza , mientras vas a la deriva en una historia inventada, pero más real que el plasta que está hablando.

Hoy, con cincuenta y siete tacos, lo sigo haciendo: conduzco durante horas con la cabeza en Babia, o parezco atender entusiasmado en una convención de empresa a un ser humano, mientras me imagino a Napoleón en minifalda.

Esta anticipación es una fuente de felicidad gratuita. La persona que vive un amor y se lo come enseguida puede obtener su punto de placer de ello, pero la persona que imagina ese amor, y no lo cata , disfruta de esa espera imaginada.

Si consigues un día ese amor, entonces, ya es el no va más: ¡lo habías imaginado tantas veces!

Estos días mucha gente se va de vacaciones. Está demostrado que se ven las vacaciones de manera más positiva antes de la experiencia que durante la experiencia. A eso me refiero: la anticipación a veces puede dar más placer que el consumo. Y es así, porque no está contaminada por la realidad.

A esto le llaman algunos el complejo de Peter Pan. Y es cierto. Algunos no terminamos de crecer nunca. Pero tiene su razón de ser.

Hay mujeres que piensan que a hombres así se les puede cambiar. Pues no, no se puede.

Hay hombres que piensan que a mujeres así se les puede cambiar. Tampoco se puede.

Pero somos muy divertidos y majetes.

3 comentarios:

  1. O dicho de otra manera, parafraseando a los de gomaespuma... "lo importante de las vacaciones son los preparativos", ja ja...

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    1. No anónimo, la ilusión q pones en ellos.Ilusión q te permite escalar el mismísimo Everest.

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  2. Olé... este es mi Suso!. Si señor! Gracias!!!! Tus escrito abren nuevos horizontes.

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