Hay quien me pregunta por qué escribo tantas veces sobre el tema de mi infancia como un tiempo maravilloso y una edad de paz. Pienso que el que puede recurrir a una infancia feliz después está más preparado para las resistencias que la vida pueda ofrecernos.
Sea como fuese, me recreo en ella porque fui muy feliz. Con eso basta.
Después llega el día que te da lo mismo todo y comienzas a comprender y a disculpar al sistema. Y sientes que matas al chaval con ideales que había en ti.
Que se te escapa una blasfemia y ya no te pegas en la boca como cuando eras crío. Que ya no pides milagros porque no crees en ellos . Y el traje de primera comunión se te hace pequeño.
Que dejas de soñar con el paraíso en la tierra, un paraíso para todos, y sólo buscas una pequeña y miserable parcelita donde nadie te moleste. Y no se sabe donde anda aquel joven que soñaba con cambiar el mundo y darle la vuelta como un calcetín.
Que regresas a casa y al abrir la puerta no enciendes la luz para no verte en el espejo del hall de entrada porque ese día te has vendido al mejor postor y al mejor impostor. Y han salido de tu boca todas las frases hechas más aduladoras que jamás pensaste fueses a decir , las sonrisas más falsas , los espinazos doblados más vergonzosos...¡tú!.
Que ya no hay cuarenta principales en tu vida. Sólo hay un principal, egoísta , aburrido , aburguesado , y ruin, con una sola canción :" si yo fuera rico" .
Que te has visto reflejado en el cristal de "Casa Paco" diciendo que todo y todos tenemos un precio. Y, reconócelo, porque lo has dicho, que estarías dispuesto a vender cualquier cosa, por un plato de lentejas. Que si no has dejado que en tu vida los gatos dejen pelos en la gatera es...porque no tienes puerta, ni gatera.
Que un día le dices a tu hija "esto es lo que hay, que siempre ha sido así y que no se puede hacer nada para cambiarlo".
Que te miras en un espejo y no se nos cae la cara de vergüenza porque hemos perdido la vergüenza.
Que ya no te acuerdas de ese día que alargaste la mano y tocaste lo que nunca debiste tocar.
Por eso recuerdo al niño que fui, al chaval que hace años zarpó del puerto de la infancia, cuando era bueno, y era guapo, que cantaba Serrat. Porque , de alguna manera, si sigo esa estela de vuelta, no me pierdo.
Hoy no se si estabas nostálgico, triste o sensible ... lo que sí veo es que estabas inspirado.
ResponderEliminarUn post muy bonito, un post que es para mí un regalo, un espejo, ...
Abrazo¡¡¡
¡Abrazo, amigo!
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