miércoles, 25 de enero de 2017

EL RIO DE LA VIDA

El río de  la  vida,ése  que dice Heráclito  en  el  que nadie se baña dos veces , está  formado por todas las fotografías que se guardan de nosotros.

Hace unos  días me envió un antiguo alumno instantáneas   de hace años. Son los demás,normalmente, quienes ven en nosotros el paso del  tiempo, pero observar estas  fotos ha sido como subir al puente que  cruza   mi río, y echar un vistazo a parte de  de  mi biografía.

Me gusta  mirar los  álbumes de fotos familiares cuando voy a casa de mis padres.

Veo  mi propia imagen  de  niño, esos ojazos ávidos, la cara  recién lavada,  un diente partido, requetepeinado por mi  madre.

Asciendo la corriente con la mirada desde lo alto de  la pasarela , y hay un chaval entre largos meandros y aguas  algo sucias , empantanadas por  la adolescencia, días  de  pan de  rana , cuando  no hacía más  que mirarme continuamente  en el reflejo de las aguas, como un Narciso , intentando reconocerme.

Y llegan los días de corrientes y  aguas bravas, te afeitas   la  pelusilla, te cambia  la voz, andas desgarbado, granos  y  cosas  raras en la cara  y  en la imaginación, horas en  el   cuarto  de  baño.

El  río de  Heráclito discurre  sobre  tu piel, te bañas desnudo, sientes el salto de una cascada sobre una carne sudorosa que desprende tu aroma , joven, frescura  de juventud...amor,sexo, confusión,miedo, conciencia atormentada, pecado y santidad.

Cada  vez  que vuelves  a mirarte en esas  fotos entiendes  que  el  tiempo sólo  es un  cambio de apariencia. Y sientes el dibujo  de  tus arrugas, esos kilos de más, las  ojeras  marcadas . La  expresión de  os ojos  tampoco es la misma.

Bajo del  puente  y vuelvo al río. 

No sé en  qué orilla paré a  descansar y  alguien me habló de Dios, y del pecado, otros, río arriba ,me hablaron de entregarme, y después  me profetizaron que todas  mis aguas  estaban envenenadas, que nadie podría beber  nunca más de mi sin quedar infectado para siempre.

No lo sé. Pero miro esas fotos de mi vida ,y pienso que no  fui mala persona que , aunque cometí  todos  los pecados  , no  andaba  lejos de la ingenuidad  y de  la inocencia. Sí, fui a encallar en las piedras muchas  veces,y caí  por  cataratas  que  no supe  encauzar.

Es mi río, como tú  haces el tuyo. Y todos  con  un cauce  imprevisible. Unos largos, sinuosos, maravillosamente tranquilos.Otros  muy cortos,pero de una virulencia  y fertilidad asombrosa. En fin, cada uno tiene su cauce ,su caudal, su recorrido.

No te preocupes por nada: hay quien su río lleva poca agua ,vive en la  esterilidad de  los climas secos, y quien lo tiene helado más de la mitad de sus días...pero eso no es culpa de nadie.

Al final , todos vamos al mismo Océano. 

Para Jaume Rucabado ,un hombre con cáncer terminal que se soñaba  inmerso en esas aguas, ese océano era el Corazón Misericordioso de Dios.

Para  mi también.








-----------------------

ESPACIO RADICAL LIBRE: EL RELOJERO.

1 comentario:

  1. " De la misma forma que nunca te bañas en las mismas aguas del río de la vida, no sabes la sorpresa que te espera en el siguiente meandro. Hay sirenas, muchas sirenas tomando el sol sobre las rocas de la orilla. Unas descienden de las aguas bravas de los primeros cauces, y otras son sabias nadadoras que se han forjado nadando contracorriente.
    Intenta agarrarte a ese tronco varado, y súbete a la roca a tomar el sol un buen rato en compañía de la sirena.
    Es un regalo del Creador para que mejores en tu descenso.
    Avisado estás, muchacho. "
    Tomado de la obra " Zamorrazos, ahogadillas y dislates varios a la hora de vadear ríos ", apuntes caligráficos de Manolo Heráclito González, Biblioteca Nacional, sección escritos varios pendientes de clasificación.

    ResponderEliminar