lunes, 23 de enero de 2017

INCONDICIONAL

Mientras miraba el gran tapiz que era mi vida hasta hoy podía identificar  exactamente lo que me había traído hasta donde estaba  

Simplemente observé el camino de mi vida. Ah, ¿por qué he sido tan duro conmigo mismo? ¿Por qué me he maltratado tanto? ¿Por qué siempre he renunciado a mí? ¿Por qué  nunca me defendí y le mostré al mundo la belleza de mi propia alma? 

¿Por qué he escondido siempre mi propia inteligencia y creatividad para darle gusto a otros? ¡Me  traicioné a mí mismo cada vez que decía sí cuando quería decir no! ¿Por qué me he traicionado al  buscar siempre la aprobación de los demás sólo para poder ser yo? ¿Por qué no he seguido mi  propio y hermoso corazón ni he hablado mi propia verdad? 

¿Por qué no nos damos cuenta de esto cuando estamos en nuestra vida mortal  de  mierda ¿Por qué nunca supe que no deberíamos ser tan duros con nosotros mismos? 

Recuerdo  las tardes  acompañando a  Jaume  , enfermo  terminal  de cáncer de hígado . Cerraba  los ojos  y se  veía  en medio  de  un océano  sin olas:

- Dios es ese océano , en Él  me muevo , existo , y soy. Los peces  no saben  que  el  agua moja, y nosotros  no sabemos  que el vivimos en el  Amor.

Hoy  le  entiendo  muy  bien. Quiero  sentirme completamente envuelto en un mar de amor incondicional y aceptación. Ser   capaz de mirarme  con nuevos ojos y ver  y sentir  que soy querido.

Entiendo    que sólo por el hecho de existir, me hago merecedor de  esa  providencia , en lugar de ser  juzgado. 

No tengo  que hacer nada específico; merezco  ser amado,  y tú  también,  nada más y nada menos que sólo  por el hecho de existir. 

Darte  cuenta de esto es importantísimo , sobre todo si  piensas  que necesitas  trabajar  para ser querido .

Eres  querido  sí o sí, hagas  lo que hagas.

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ESPACIO RADICAL LIBRE: LO SÓRDIDO Y LO SAGRADO.

5 comentarios:

  1. Hoy ha fallecido Bimba Bosé. 41 años, cáncer de mama. Su tío Miguel ha publicado un twit deseandole buen viaje y el casposo de Antonio Burgos ha considerado acertado no respetar su duelo y replicarle: "buen viaje a dónde? Vaya con la moda laicista del donde quiera que esté…"
    Estas cosas me producen náuseas.
    Por qué entre los católicos hay personas tan crueles, si se supone que la nuestra es la religión del amor?

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    1. Comiendo he leído la noticia y la hemos comentado con la peña.

      Hace un tiempo en el blog " Espacio Radical Libre" escribí una entrada con el título " Si no lo creo no lo veo"

      Ayer vi que en los comentarios a esa entrada alguien había escrito: "La piedra está muerta y enterrada. A ver si ahora vuelves a citar al subnormal de Twain".

      Es lo de siempre. Morirse es algo que sucede.Y lo compartimos todos.Morirse no es un probema.

      Pero si no crees en nada, Manuela, Bimba,mi padre, tu padre,...son nada.Te mueres como se muere un perro.

      Ese es el problema de Burgos...y el del comentario anónimo.

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    2. Mmmm… No sé si entiendo muy bien tu respuesta… Quieres decir que el problema de Burgos y del cabrón anónimo es que en el fondo no tienen tanta Fe como dicen tener? Es una posibilidad… Después de todo, tanta agresividad solo puede nacer del miedo…

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  2. DESUBICADOS UBICUOS

    Los vivos estamos ubicados y los muertos están desubicados.

    En la película „Historias de Nueva York“ Woody Allen representa el personaje de hijo de una madre castrante, agobiante, atosigante y controladora. Cuando la madre muere, inicialmente el hijo piensa que se ha liberado del agobio matriarcal. Pero pronto comprende que, habiendo muerto, su madre se ha vuelto omnipresente, que le vigila a cada minuto y en todas partes, con lo que el atosigamiento y el control maternos en vez de desaparecer se potencian al infinito.

    Los vivos estamos ubicados y los muertos están desubicados. Un modo de la desubicación es el paradero desconocido, ese „¿adónde?“ y ese „donde quiera que esté“ de los que habla Antonio Burgos, según la cita del anónimo.

    Pero otro modo de la desubicación es la omnipresencia, también llamada „ubicuidad“. Algunos a los muertos los sienten desvanecidos, o simplemente no los sienten. Pero otros los sentimos –para bien o para mal, para compañía o para atosigamiento– omnipresentes.

    Yo detesto y aborrezco a algunas personas, y si pudiera aniquilarlas con un pensamiento, ese pensamiento lo formularía sin duda, o mejor dicho, lo habría formulado hace ya tiempo. Pero luego tengo miedo de que si mueren, esas personas a quienes detesto ganen un acceso franco y permanente a mí, y pienso que mientras sigan vivas me resultan más inofensivas, precisamente porque las tengo más ubicadas.

    De modo correlativo, hay personas con las que no he logrado comunicarme del todo hasta que han muerto, y mantengo ahora con ellas conversaciones con ellas de las que en vida de ellas nunca habría sido capaz.

    Por eso, comunicarse con los muertos se parece un poco a mandar mensajes por twitter, como ha hecho Miguel Bosé, porque son mensajes dirigidos a destinatarios pero sin dirección, es decir, a destinatarios ubicuos.

    La muerte no despoja a las personas de nada, sino que las reviste de dignidad, incluso a aquellas que en vida nos habrían resultado repelentes. Esta semana ha habido dos fallecimientos en mi familia. A esos dos familiares, y también a Bimba (a quien yo no conocía hasta hoy), les deseo que descansen en paz.

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