El martes desperté con la mala noticia de comprobar que no tenía agua caliente. La noche fue gélida y muy desapacible. Es en estos contratiempos cuando valoras lo que tienes. Me lavé a tramos los asomos y salí de casa con mal cuerpo.
Regresé a media tarde de trabajar. No conozco ningún fontanero en sant Cugat, así que fui a una ferretería cerca de casa a preguntar. Estos días hace un frío cortante, glacial, ventoso.
En la ferretería, después de barajar un buen fajo de tarjetas y papelajos con nombres escritos a mano , me dictan un nombre y un número de teléfono: Ammed...
LLegó a las 8.30 de la tarde. Es de Tanger . Tenía la mano fría. Llevaba una vieja chaqueta.
Al final resultó ser una tontería. Sacó la espita del calentador, la volvió a introducir, y ¡voilá!.
- ¿Qué te debo?- le pregunto.
- Nada. No ha sido nada- responde.
- Pero, hombre, has venido fuera de hora, te has desplazado...dime que te doy.
- Nada, nada, de verdad.Ha sido una tontería.
"A mi este hombre no me gana", pensé.
- Tome- y le doy cincuenta euros, lo que llevaba encima.
Ammed los coge. Me mira agradecido. Se le humedecen los ojos. Me abraza y me da un beso en la cara.
- Gracias, gracias- responde emocionado. Ayer gasté los últimos 25 euros que tenía...mi mujer está enferma, tengo dos hijas...¡gracias, gracias!
Cuando se fue llamé a un amigo y le conté la anécdota. Me había emocionado la honradez de aquel hombre que no quería cobrar porque le pareció poco lo que había hecho.
Mi amigo me pidió el teléfono de Ammed para darle una reparación en su casa.
Llamé a nuestro hombre por la mañana. Le conté que le iban a contratar para un pequeño trabajillo. Estaba en Caritas buscando comida. Después fue y arregló el lavavajillas.
Mi amigo lo comentó a un vecino. Es el presidente de la comunidad de vecinos.
- Pues por qué no le dices que nos haga un presupuesto para un tema que afecta a toda la Comunidad y que tenemos que tratar la semana que viene.
Hace frío estos días traslúcidos y grises. Silba el viento y deja un paisaje cristalino y transparente. Pero el frío se alambica en el interior de la casa de Ammed.
El lunes le adjudican la obra de la Comunidad de vecinos de mi amigo.
Todo empezó por no querer cobrar a un imbécil que no sabe desenroscar una espita.
Todo empezó por honradez ...
ResponderEliminarHonradez por sí sola no es suficiente. Se requiere esa solidez asentada en esa razón moral que precede a la ingeniería del amor per se que nace de la madurez.
EliminarJoder.. vaya tralla de comentario
Eliminar..no tengo ni idea de qué es una espita y mucho menos cómo se desenrosca ¿ nos lo cuentas?
ResponderEliminarVivo en Sant Cugat y quiero encargar algo a Ahmed, me puedes escribir su teléfono?
ResponderEliminarJM
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