domingo, 12 de julio de 2020

EN UN CALLEJÓN SIN SALIDA,.

Fue un atardecer en Tudela  caminando por un callejón sin salida donde me sorprendieron las hadas en forma de recuerdos.

¿Recuerdos de quién?

De tod@s las personas que  me silbaron y consiguieron que fuese corriendo  ,  jugueteando, y me desnudaron el alma a besos, restañando mis heridas y limpiando  el polvo.

Nunca hubo tanta luz en las tinieblas de mi viejo y gastado desván .

Créeme que nada enyesa tantas grietas como perderse en un callejón sin salida .

Quisiera  volver  a menudo al pasaje donde se aquieta  la vida , para sentir  esa contrición balsámica,  donde se huele la alegría  y las venas palpitan  y las baldosas  preguntas  por los amigos que se han ido.

Créeme que nada enyesa tantas grietas como perderse en un callejón sin salida , al lado de la Catedral.





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