martes, 14 de julio de 2020

HACIA NINGUNA PARTE POR TIERRA DE CAMPOS.

Salí hacia ninguna parte . Roto por dentro. En el desvarío. Fui a la autopista . Valladolid era una ciudad . una  jaula bonita y los pájaros más raros que había  conocido  jamás. Pasé de largo el desvío que me llevaba a la utopista . A lo lejos se veía la caseta del peaje, con su barrera bajada y sus luces rojas y anaranjadas intermitentes. 

Casi la intuía a través de una cortina de lluvia que, a duras penas, los limpiaparabrisas eran capaces de ir apartando. Truenos y relámpagos fuera del coche y escuchando  "Have I told you lately".

Paré el coche en el arcén. Apagué el motor y bajé el volumen de la música. Ahora se escuchaba el estruendo del agua al caer y el rugido de los truenos. Parecía que el cielo fuera a caerse, literalmente. ¿ Estaba huyendo?…esa palabra que no sabía muy bien si tenía que utilizar en ese momento de mi vida o lo que ocurría era que tenía que dejar de utilizarla de una vez por todas.

Leí un mensaje que me había enviado un buen amigo:

"Me cago en todas las putas que parieron a todas las putas.

Joder.

Esto va en serio: alguien os debe de querer mucho Arriba, pero recontrahostia, a ver si os quieren menos, aunque suene a blasfemia.

Aparte de estas pueriles salidas de tono malsonantes, no sé que deciros, qué coño decirte.

Que en medio del dolor está la felicidad, dicen, que en medio de las pruebas está la alegría, dicen, que en medio del puto-largo-ocuro túnel seimpre hay luz, dicen...

O no te digo nada, solo que estoy con vosotros y que me han entrado muchas muchas ganas de llorar por vosotros, por Manolita.

Me vuelvo a cagar en la puta.

Mi niña chiquitita. Con lo guapa que es, lo hermosas que tiene las tetas, la personalidad que tiene, con lo buena persona que es, con lo que quiere al cabrón del Suso, y sin comprar boletos le ha tocado toda la lotería de golpe.

Esperanza, he visto milagros, real, los he visto.

Y sin ponernos cursis ni místicos, he visto curaciones extrañas y maravillosas. Y si no, vive, mientras podáis vive.

Hay una cosa que sí que sé, que el amor, el cotidiano, el poderoso, lo puede casi todo.

Ya me callo.

Un último consejo: llora. Yo acabo de hacerlo y sienta bien".

Necesitaba pensar . Giré la llave de contacto y los limpiaparabrisas iniciaron su movimiento de derecha a izquierda. Ya casi no llovía. No quería una carretera principal, recta, aburrida y rápida, con tres carriles. Necesitaba otra que mostrara un paisaje diferente, que me dejara aclarar las ideas mientras la recorría. Me fui por caminos entre pueblos de Tierra de Campos. Llorando. Rezando. Blasfemando.

No hubo milagro...¿o sí?

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