Hace unos días perdí el teléfono. Cayó al río.
Se fue río abajo arrastrado por la corriente. Precisamente en ese puente de la entrada de hoy.
Os parecerá extraño, pero en aquel momento - ¡ ver caer el teléfono al río!- pensé en la muerte: " podías haber sido tú" .
También porque tienen mucho en común perder el teléfono, sus contactos, fotografías, memoria , con el morir.
Fui a comprar otro, y un número nuevo. El móvil que murió llevaba conmigo más de veinte años.
Ahora me pregunto si no será este un buen momento para volver a empezar. En una agenda de teléfonos hay mucha gente que sería bueno dejar para siempre. Ahora que estoy jubilado, , ¿ por qué no?
Romper cadenas de Facebook, Instagram, blogger...
Decía Fellini que cuando veía la mesa de su despacho repleta de papeles con problemas la mejor solución era hacer una bola con ellos y echar todo eso a la papelera...a, a veces se echaría uno mismo.
Quizás aprovechando que termina el año, me tiré al río de Internet yo también. Todo es vanidad, al menos en mi caso, y va siendo hora de despegar.
Cada vez que cruzo el Puente de Santiago, o el de Piedra, estoy tentado de tirar el mío. Me faltan arrestos; o más años para jubilarme de los que querría. Como diría el abuelo, a la mierda el móvil.
ResponderEliminar