miércoles, 27 de enero de 2021

DIOS.

 De Dios, qué escribiré.


Que no creo en los dioses de gente que sigue vestida con el traje de la primera comunión, de esos que han crecido pero, ¡ ay!, el traje de su fe les queda pequeño, estrecho, y les saltan las junturas.


Esos que tienen una sobreabundancia de cosas mecánicas, medio supersticiosas, y repletas de infantilismo e inmadurez. Y  , lo digo ya, no saben en lo que creen cuando hablan de Dios. Porque la Fe, así con mayúsculas, comienza cuando no hay nada. No hay angelitos de la guarda, no hay curas ejemplares, ni santos, ni modelos a seguir , ni agarraderos de ningún tipo. 


Me sacan de quicio  esos que argumentan que la gran prueba de lo sobrenatural de la iglesia es, precisamente, haber sobrevivido a tantos `pecados, tanta miseria, a tantos abusos, tanta corrupción. Tanto Papa hijo de puta. Y no. Es al revés: que una institución perdure a base de traiciones a su ideario, halagos a los poderosos, bendiciones a ejércitos,  o estar siempre con la banca , o invirtiendo en paraísos fiscales , no tiene nada de prodigioso. 


¿ Dios?. Sí. El que no se ve ni nadie ha visto. El que no se puede demostrar.


El Cordial. El que no te puedes creer porque es increíble. El que no hace favores. El que no da indulgencias si besas cruces de palo. El que te dicen " el Cuerpo de Cristo", y es un trozo de pan. Y dices, amén. 


Dios. Del que no tenemos ni puta idea.  



No hay comentarios:

Publicar un comentario