domingo, 12 de diciembre de 2021

BETSABÉ.

Rembrandt   pintó  el cuadro "Betsabé  con la carta del rey David".


Produce escalofríos la tortura  que supo extraer  de la mirada entre  atormentada y pensativa  de  esa  pobre mujer. Esa actitud, mezcla de  placer  y remordimiento  , y del tenebroso  destino que sabe  que  la espera. 

La  historia es la siguiente.

Un día de bochornoso estío  se levanta de la siesta el rey David, y desde  la  azotea de palacio  ve   a una  joven de extraordinaria belleza bañándose desnuda en  el jardín  de su casa.

Pregunta  quién es ella, y le dicen que es Betsabé, hija de Eliam, mujer de Urías.

Envía un mensajero para que le hable  de  su parte,y le invita a  venir a palacio. Llega ella  a su presencia y, pimpam,pimpam, se la calza sin más preámbulos.

Ella  se purificó  de  su inmundicia  ,y  regresó preñada  a  casa.

Betsabé  envía un recado al rey: "he concebido" , le escribe.

En aquellos días Israel estaba en guerra con los ammonitas ,y tenía sitiada la ciudaxd de Raba. El rey llama a Urías a  su presencia,  lo sienta  a  la mesa , lo agasaja con un  gran banquete, trata de embriagarle.

David   ordenó a Joab  , jefe del   ejercito, que  lo colocara  en el  lugar más  peligroso  , en la primera línea de combate ,para  que fuera  herido  y muriera.

Y así  sucedió.

El rey David  , que era un hijo de la gran puta, fingió un grandísimo  dolor.

Poco  después  tomó a Betsabé como  esposa y ella le dio un hijo, que desagradó mucho a Yahwé por ser fruto de un adulterio. 

Natán el profeta  le descubre  la tostada contándole una parábola:

"Dos hombres vivían en un pueblo. El uno era rico, y el otro pobre. El rico tenía muchísimas ovejas y vacas; en cambio, el pobre no tenía más que una sola ovejita que él mismo había comprado y criado. La ovejita creció con él y con sus hijos: comía de su plato, bebía de su vaso y dormía en su regazo. Era para ese hombre como su propia hija.  Pero sucedió que un viajero llegó de visita a casa del hombre rico, y como éste no quería matar ninguna de sus propias ovejas o vacas para darle de comer al huésped, le quitó al hombre pobre su única ovejita".

David, al  oír esto se cabrea como una mona y dice " ¡a ese tío me lo cargo  por hijo de puta, pero ya!"

- Pues ese tío  eres tú, !CABRONAZO!

En fin, muere el niño...pero pronto vuelve  la burra al  trigo, yace  de  nuevo con Betsabé , y de la coyunda nació Salomón...

La estirpe de Jesús está llena de facinerosos, empezando por  el mismísimo Yahwé , que cuando  se enfadaba  no era manco. 

El cuadro de Rembrant conmueve. Esa  mujer de  carnes  plácidas     recién salida  del baño y atendida  por  una vieja criada , tiene en la mano una carta del mismísimo rey David. Su  rostro expresa  una profunda  resignación ante la maldad  humana , compartida, quizás, por un algo  morboso que lleva consigo  toda  tentación.

Rembrandt sabe  muy bien qué está pintando, pues conoce  ese  pecado, y ese arrepentimiento.

Yo también.

A  mi ese  cuadro me avergüenza  y me inquieta.



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