sábado, 25 de diciembre de 2021

MÁS NAVIDAD.

 En una  de  las películas sobre  Simbad el Marino su prometida ha sido transformada en una criatura diminuta y Simbad tiene que correr todo tipo de peligros en busca de una flor cuyo elixir posee el poder de devolverle su tamaño original. 


Simbad lleva a la princesita consigo y de vez en cuando la saca de su cofrecillo y la deja correr por la mesa, lo que ella aprovecha para provocarle con sus palabras y sus movimientos. Es una hermosa  metáfora:  para amarme tienes que hacerte tan pequeño como yo. El amor,  como el juego de los niños, es el reino de lo pequeño. Es justo eso lo que significa el anillo que se entregan los amantes. Tienes que caber por este hueco, se dicen el uno al otro cuando se lo ponen.

El reino de lo pequeño es el reino del amor y del juego. Cuando estás enamorado te gustan  hablar  con la persona que amas  con diminutivos. Le tratas  como si fuerais  dos niños que nunca abandonan del todo el territorio del  juego  y de  la infancia.  Te haces pequeño para poder entrar en un reino escondido.

Lo pequeño es el símbolo de lo que está en el umbral. Desde  ese  punto de vista hay  que interpretar   ese  "si no os hacéis como niños  no  entraréis en el Reino de los Cielos".

Estos días  celebramos la Navidad. Parece un cuento. 

Creer en el Misterio de la Navidad es creer mucho. Demasiado. 


Desde cualquier punto de vista que contemplemos este Misterio es de maravillar. Y lo que más sorprende: todo el mundo dice "sí"  a algo  que no entiende: la Virgen, san José, los pastores, los Reyes...

Sin embargo, o lo crees, o no lo crees. La única simplicidad que vale la pena conservar es la del corazón:  la simplicidad que acepta y goza. 

Sólo  así  se puede entender  este Misterio. Si alguien ha sido feliz en la tierra  alguna vez ha sido esta gente.

A esas  horas del Nacimiento lo que llamamos realidad estaba en  Roma, su Imperio y sus fronteras , en el palacio del rey , en la gran  ciudad de Jerusalem, y no en lo que sucedía en  un  pesebre. Estaban  allí porque no encontraron lugar en las posadas de la zona. ¡Es maravilloso!

Parece  un sueño, un hermoso  cuento  y, sin embargo, es verdad. No quiero renunciar al espacio del amor, ése, ¡tan misterioso!. No quiero  hacerlo porque es allí donde  nace  mi Fe.

Aquí está la clave:  es el amor el que crea un lugar donde poder encontrarle. Eso mismo se  puede decir de la Navidad. 

También nosotros hemos  tenido  una vida así. Hemos estado en ese Portal cantando villancicos, y creyendo que todo lo que allí sucede  es  verdad. 

Los niños son expertos en esas llamadas. Eso es jugar, hacerte  pequeño para que tales voces puedan escucharse. El Nacimiento  guarda la memoria de esas voces, por eso le resultan incómodos a los adultos y no suelen gustarles, porque no hablan de lo que son sino de lo que han olvidado.A  los mayores  no  les  gusta que  les recuerden  que  fueron niños. Tal es el milagro de la  Navidad.

Si eres  niño, y  ojalá  quieras  serlo,  te las arreglarás para regresar. Regresarás cuando leas  el Nacimiento de Jesús en el Evangelio,  o cantando  un  villancico como esos ángeles  lo hicieron aquella noche de  fiesta y alegría. Regresarás cuando beses  el pie de ese Niño. También  cuando ames  a alguien. Cuando juegues  con  tus  hijos, cuando vivas  el desprendimiento . Regresarás cuando  asientes tu vida más allá de las fronteras de tu razón .

“¿Cuánto durará un niño?”, se pregunta Julio Cortázar. Y enseguida responde: “Un niño durará todo lo que duren sus juegos”.

¡Feliz Navidad!






2 comentarios:

  1. Suso, la foto ha salido publicada al revés. No son 64... debería poner 46. ¡Feliz Navidad y feliz cumpleaños!. Un abrazo desde Bcn.

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  2. Feliz cumple :-)
    Feliz Navidad
    Abrazo

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