Cuando la vanidad se pasa de frenada es
cómica y ridícula. Y cuando no se pasa de frenada.
El tupé de Imanol Arias en las
campanadas de Noche Vieja.
La Tiara del Papa.
El vestido de un cardenal.
El anillo de algunos numerarios.
Los énfasis engolados de los políticos
cuando pronuncian esdrújulas las palabras llanas y agudas... “ la
résponsabilidad”...
Los bonetes de los Catedráticos.
Las fotos de los escritores con la mano
en la barbilla.
Los modelitos de Esperanza Aguirre.
Los modelitos de Rosa Díez.
Los modelitos de las dos Sorayas,
paletas y de Valladolid.
Todo el ser de José Bono en su
gilipollez.
El exjuez Garzón en su esencia.
La melena de Moragas.
Urdangarín con bufanda.
La cara de Aznar.
La barbilla de Artur Mas.
Yo , sin ir más lejos
Añada usted sus nombres en la línea
de puntos.........
Vanitas vanitatis. Preocupémonos de lo que realmente importa. Generalmente, lo efímero no está en esa categoría. Aunque cierto es que definir lo efímero es complicado: un orgasmo? una vida? una carrera? un suspiro? el amor? una lectura? un paisaje? esos ojos?
ResponderEliminarMal me ha sentado la trimestral de IVA, coño.
Marta Ferrusola ejerciendo de primera dama ... y de primera dama "emérita", Cospedal en toda su extensión, Zapatero hablando de talante y otras cosas, la princesa de Asturias saliendo del coche, cualquier cargo cuando ejerce de tal y se le hincha el buche, ... yo sin ir más lejos. ;)
ResponderEliminarSi quieres conocer a fulanillo, dale un cargillo
EliminarEl presidente de los Estados Unidos echándole los tejos a una pelirroja danesa que te mueres, en una cumbre internacional, delante de su mujer, que estaba agarrando un mosqueo mayús culo.
ResponderEliminarEl director del Banco de Sabadell de Príncipe de Vergara 125, negándome un crédito por mindungui, y yo sin despeinarme que le pido mis ahorros en efectivo peroyá, hasta luego Lucas.
Un alto cargo del Ministerio de Transportes, a quien le comenté en los postres de una cena en el hotel Palace, que el Ministro no había podido acudir a la cena porque coincidía con el Día del Orgullo Gay, y que claro, tres millones de maricones tiran más que trescientos ingenieros. Y se mosqueó conmigo porque so amigos.
Y claro, yo mismo, que recibí después una patada en las espinillas por parte de mi señora.
Por bocazas.
Y ya puestos, de perdidos al río.
ResponderEliminarEl embajador de los Estado Unidos en España, su señora y yo, bailando rock and roll en la su fiesta de despedida en los suntuosos jardines de la embajada en la calle Serrano, con un pedo bastante principal, mientras uno de los ex componentes del grupo Solera, se dejaba las uñas con una guitarra eléctrica tocando clásicos del rock y unos marines negros de dos metros de alto por dos metros de ancho (cuatro metros cuadrados en total para los de letras) se hacían fotos con las jóvenes candidatas a marido americano.
El embajador con camiseta de flores, su mujer con vestido de Armani y yo con unos vaqueros y una camisa blanca.
Puro y vanidoso rock and roll en estado puro.
la superioridad moral del huevillo Egg
ResponderEliminar¡Tú no!
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