A la hora de poner un nombre hay que
ser práctico.
Prevalece sobre la belleza del mismo la
eficacia a la hora de llamar, que es para lo que más se usa los
primeros años de vida.
Por ejemplo, Socorro es muy bonito,
pero si Socorro está en la plaza y hay que avisarla para que venga a
comer, es un engorro : ¡¡¡SOCORROOOO!!! (¡y , ¡hala!: aparece en casa una unidad de bomberos, la guardia civil, una ambulancia...) .
Ana, sin embargo, es más directo y
llega más lejos, hasta la plaza y tres calles más allá.
En chicos, lo mismo.
- ¡¡¡NABUCODONOSORRRRRR!!!
Un fracaso.
- ¡¡¡PACOOOO!!!- suena rotundo.
Los compuestos evítelos, por muy
bonitos que sean.
- ¡¡¡Gustavo Adolfoooooo!!!
- ¡¡¡María del Amor
Hermosooooo!!!
Mi padre siguió esta regla de la
eficacia y me llamaba “¡Joder!”.
- ¡Joder, te quieres estar quieto!
- ¡Joder, ven aquí!
- ¡Joder, deja de hacer el idiota!
A mi hermano le llamaba “¡Malditasea!:
- ¡Malditasea como vaya yo allí!
- ¡Malditasea, ¿dónde te has
metido!
Un día mi padre, viendo las notas que
había traído del colegio, me dijo:
- ¡Maldita sea qué notas!
- No, papá, soy Joder.
Con mi madre la relación también
alcanzó cotas bien extrañas.
Conforme fui creciendo, mi madre
intentaba evitar palabras mal sonantes, tacos , y vulgaridades. En
parte por no escandalizar a mis hermanas pequeñas, y en parte porque
era una mujer de profundas convicciones religiosas.
Entonces , dejaba las frases sin acabar, inconexas , como en puntos suspensivos onomatopéyicos. Gritaba cosas muy raras,
tanto, que yo pensaba que esa mujer era incapaz de terminar una
frase entera. Incluso llegué a la conclusión de si no tendría una
tara mental:
“¡¡¡ Si alguna vez te vas de casa te
aseguro que hummm!!!...¡¡¡eres un pedazo de...hummmmm!!! ...te juro
que un día, ¡¡¡hummm!!!...como te coja un...ojala te rompas la crisma y ¡¡¡hummm!!!...Y movía la cabeza como esos perricos que se ponía en los coches y balanceaban el cuello.
Se tragaba los tacos a bocados, la
pobre.
Eso sí, con la zapatilla no tenía
rival subiendo a la red y esmachando.
Esta semana he conocido a una señora, no muy agraciada, la pobre, que se llama Hermosinda. Me estuve fijando y todo el mundo la llama "Oye, perdona". Es que a veces los padres... parecen madrastras de Blancanieves.
ResponderEliminarCreo que en ese caso, C.S, los padres fueron dominados por sus deseos... Probablemente ellos eran otro par de joyas... Y se prestaron a eso que hoy esta tan de moda, y que a mi me parece una suerte de superstición, y es creer que por el mero hecho de repetir o pensar en algo 1000 veces, las cosas van a ser como tu quieres.
ResponderEliminarSegun la Asociacion Nacional de Fabricantes de Porteros Automaticos ( la impronunciable ANFPA ) el nombre estadisticamente mas repetido es
ResponderEliminarSOOY YO !
...
Testado cientificamente.
Una de las primeras del Betis se apellidaba Cabeza, y ¿qué nombre se les ocurre ponerle a los padres? Modesta. Me consta que a Modesta Cabeza (1902-1971) le llamaban todos La Chorli (por lo de cabeza de chorlito, claro) o La Alfilerín (también por razones obvias).
ResponderEliminarNo hay derecho.
Por favor Luxindex, ¡más sobre las primeras!
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