Uno se imagina a Dios allá arriba escuchando un murmullo incesante de plegarias nacidas de los corazones angustiados de la Tierra, y tiene que ser para afeitarse la barba y mandarnos a la mierda.
Tener que oír siempre la penosa retahíla de "que no meta gol!", "¡que se cure"!, " ¡que se muera!", "¡que apruebe!", " que me toque la lotería!", "si me sale bien esta oferta daré una limosna del 50% de los beneficios del primer año...después de impuestos, y todos los que "que me..." , que , imagino, sólo alguien como Dios lo puede soportar.
Y luego están los pesados que no piden nada, se dedican a recitar salmos, letanías, rosarios, mantras y jaculatorias, de forma rítmica y acompasada. "Santus fortis, santus inmortalis...miserere nobis!"
Después los que ven a ese Dios como un guardia de tráfico con botas de cuero y pantalones bombachos , atormentados con el código de circulación. Luego los que son los súbditos a un tirano del que se teme que acabe por perder los nervios y en plena paranoia le dé por enviar plagas, guerras, y usties como panes al personal.
Unos pocos, muy pocos, parece, se levantan y le dan gracias, y se sienten sus hijos.
Dios allá arriba tiene que estar con ten to. Crear el universo sólo para entretenerse contemplando cómo se devoran entre sí las galaxias , y escuchar idioteces no sé. No me parece muy de Dios.
Si Dios tuviese sentido del humor , viendo como está el patio aquí abajo, y desde hace tantos miles de años , soltaría una enorme carcajada que resquebrajaría el silencio de piedra pómez. que nos envuelve.Eso sí que sería un bombazo!
Se elevan miles de millones de rezos, súplicas y oraciones, cruzan el espacio , siguen hasta más allá de la Vía Láctea..... El problema es que Dios está en el corazón de esos hombres que miran al cielo de rodillas. Algunos llevan cosidas unas cuantas bombas a su cuerpo esperando chingar dentro de nada junto Él y unas cuantas gachís .
En el fondo todo se reduce a que unos quieren morir, y otros no quieren morir y para eso rezan, imploran y alaban a su Creador. Y lo hacen de una forma constante y rítmica con un rumor de mantras y letanías que arrastra el detritus de todas las miserias humanas.
Dios se precipita de cabeza en el agujero negro del universo todos los días.Porque eso no es Dios. Eso no existe. No atiende las plegarias de la humanidad.
Jesús, que estuvo por aquí unos cuantos años , y nos conoció bien, hablaba de que sigue saliendo todavía el sol por el horizonte cada mañana como un regalo, y las flores del campo se visten mejor que Salomón, florecen a su tiempo y hay tomates, habas y lechugas en los mercados. Y sentía la alegría de los amigos que se quieren, los hijos que regresan, la sencillez de los pobres, a los que llamaba bienaventurados...También despreció esas religiosidades de fanáticos
Ante el absurdo de la vida, hay que pensar en el Hijo de Dios , y creer de verdad que nos redimió. Que habló de metafísica de las flores, la filosofía de los montes y los valles, en la moral de los frutos, en la verdad del mar , en el perdón, en el amor...y dejar que Dios juegue en el vacío a los dados.
Y que , el otro, el muy hijo de puta, prepare fuentes y tías en pelotas para sus elegidos.
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