Enero.
En una habitación en Lasierra Purroy, en el barrio de Torrero, estoy subido en los hombros de mi padre . Está haciendo flexiones, expirando e inspirando con fuerzas. Lleva el pantalón del pijama y una camiseta
de tirantes blanca. El sol entra por las rendijas de la persiana. Me siento seguro. Es el primer recuerdo del poso de mi infancia.
Febrero.
Por la Candelaria voy con pantalones cortos. Siento el frío en las piernas. Llego tiritando a clase. Me enamoro platónicamente de la señorita Querubina. Dios aún no me da miedo.
Marzo.
Despierta la savia de los árboles, apuntan las gemas, en el sexo del adolescente brotó también un algo atormentado, sucio, complicado, y el amor de Matilde. Tengo pavor de un Dios que puede matarme en mitad de un pecado mortal y perecer para siempre.
Abril
Llovía tras los cristales y ese chaval soñaba historias maravillosas de amor, de heroísmo, de entrega total, de martirios. En abril se producía el deshielo, cruzaban las aves el cielo, el sol encendía una colina y a continuación una nube la oscurecía, del mismo modo mi fe aparecía y desaparecía. Un alma de juglar y de locura fue la que la vida me impulsó a darlo todo a cambio de nada.
Los días de mayo fueron mis 18 años . Descubro la peor de las sexualidades, la que huele a pan de rana y a cosa guarra. Cuando creía, como dijo el poeta, que había venido a este mundo a llevarme la vida por delante y me veo feo, enrarecido, muy lejos de lo que se podía esperar de mi.
En junio llegó la apariencia completa de madurez profesional y personal . El sepulcro está más blanqueado que nunca.
Agosto. Conozco a Manuela, ¡Todo a la mierda!. Vuelta a empezar. Luz. Alegría. Paz.
Septiembre. La primera decepción . Pedir perdón. La muerte de mi padre. Ganas de intentar ser mejor de lo que pueda ser.
Octubre. Se va Manuela. Dolor. Soledad. ¿Qué será de mi?. Marcho a Guatemala. Vivo en el desvarío. Dios no me da miedo. La Virgen de la Gatera reina en mi vida.
Noviembre. Ana. No pudo ser. la separación, tu por aquí yo por allá. A Sant Cugat. Celebro el juicio inapelable del tiempo ante el espejo, las erosiones en el rostro, la mirada algo tristona , producto de tanta mentira, deserción y caídas
Finalmente en diciembre el protagonista de este almanaque pensó: no he hecho más que el gilipollas intentando ir de aquí para allá buscando el amor, el aplauso.Uno poco a poco ha ido conociéndose y sabe lo fácil que es resultar herido, sobre todo si uno se empleó a fondo. Soy un desastre: me gusta contar la vida de verdad, beber de verdad, besar de verdad, hablar de verdad, reírme de verdad, cantar de verdad, llorar de verdad , enamorarme de verdad , y cuando pones tanto en todas esas cosas lo más normal es que salgas lleno de cicatrices.
Pero recordé las espaldas de mi padre, y un niño subido en esos hombros, ¡arriba y abajo!. Subí en esos hombros y supe todo lo que tenía que saber. Sólo tenía que quedarme allí.
ESPACIO RADICAL LIBRE; SÍSTOLE Y DIÁSTOLE.
Fíjate en los ojos de ese niño que hace la Primera Comunión.
ResponderEliminarParecen decir " sí, estoy aquí, pero no acabo de entender qué hago aquí".
Tu biografía es la narración de toda una generación.
Tu coche es el vehículo con el que muchos conducimos.
...
En realidad paramos juntos en algunos baretos de la carretera, nos contamos las penas y echamos unas risas.
Y luego, salimos zumbando, mientras miramos de soslayo algunos maravillosos amaneceres que nos han sido regalados.
Jodidos pero contentos, amigo.
Buenas,
ResponderEliminarllevo algunos años leyéndote. Me encanta. Además veo muchas similitudes conmigo. Quizá sea esa la clave del seguimiento.
Yo no tengo un blog terapéutico, tuve que acudir a que me tomara el pelo una psicóloga a 75€ (en B, claro) a la semana.
La he cambiado por un psiquiatra que me lo toma un poco menos (también en B, claro ¿Culpa mía siempre por aceptarlo? A éste se lo comenté .. no hay opción .. no me han quedado ganas de seguir probando)
Además éste me receta. Las drogas me están sentando bien. Me preocupa que tengan que ser para los restos ... no sé si habrá otros avances sólo con charletas.
Al lío, de momento, lo que he sacado en claro, ese sello que como dices llevamos estampado en la nuca, en mi caso además me dice que soy don perfecto.
Aceptación de error cero. Dice que eso no es para nada malo, pero que tiene sus inconvenientes que hay que saber manejar. Veremos si algún día llego a aprenderlos y eso me permite volver a la luz.
Lo de estar en diciembre ... eso suena a final de año ... y no ... estamos casi en primavera :-)
Un abrazo. Buen fin de semana.
Yo también me veo reflejado en tu biografía. No estás sólo, Suso, somos muchos en este tren.
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