Dijo Pascal: todo lo malo que me ha pasado en la vida ha sido por haber salido de casa.
Eso mismo le puede suceder hoy a cualquiera, no importa el camino por dónde le lleven sus zapatos.
En mis años de tuno fuimos a cantar a casas de varios que hoy son ejemplos de choriceo y corrupción. Unos auténticos hijos de la gran puta . Alguno ha visitado la cárcel y otros por allí le andan. Nos fotografíamos con ellos y era maravillosa la cara de gilipollas que se le ponía a uno riéndole la gracia aquel idiota.
Incluso conocí a un asesino y puedo asegurar que era amable, simpático y seductor. También tengo en mi agenda a un financiero piadoso , que creía intachable siendo en realidad un golfo de tomo y lomo.
En fin, nunca más servir a señor que se vaya a morir.
Pero hoy sin salir de la habitación tampoco estás a salvo de esa pocilga en la que se han convertido las redes sociales. Hay en el mundo más de dos mil millones de animales morreando día y noche guarradas, eructando banalidades, rebuznando sandeces , picoteando caquitas en los teclados de las tabletas.
Nadie ha acertado todavía con la forma de eludir esta basura, que se ha apoderado del espacio amparada por el anonimato. En la Mobile ,a la que asisto, no se habla de esto.Sólo importa la seguridad en la Red. De los virus informáticos, pero los otros virus, los éticos, importan nada.
Esa nube tóxica forma parte sustancial del aire que respiramos y se colará por todas las rendijas hasta emponzoñarte.
Por eso no tengo ni Facebook, ni Instagram, ni Twitter... Internet está lleno de haters, y las personas que me quieren ya saben donde encontrarme. Un beso y buen miércoles de ceniza. Emma Morley
ResponderEliminarMe hace gracia que los participantes en el Mobile World Congress vayan por la calle, a los bares, a cenar por la noche... sin quitarse la acreditación (que es enorme y cuelga como un babero). Están muy orgullosos: "un hombre con una misión". Son muy graciosos.
ResponderEliminarParé a uno por la calle para preguntarle una cosa de mi teléfono móvil y fue muy amable.