Leo "Homo Deus. Breve historia del porvenir" , de Yuval Noah Harari.
Para este hombre un humano, como cualquier animal, vive en un mundo de objetos físicos (rocas, ríos, plantas…) y de emociones (placer, dolor, euforia, depresión…). Un humano, como cualquier animal, tiene un lenguaje para comunicarse con su entorno.
Sin embargo, el lenguaje humano es único en una cosa: sirve para crear ficciones, cosas que no están en los objetos ni de las emociones. Ficción es el dinero (un papel que todos acordamos que vale 50 euros, por ejemplo). los mitos( el fútbol, los nacionalismos) ,o los dioses ( si se me permite exceptuar los que creemos que Jesús estuvo en la Tierra , y que era el Hijo de Dios, las demás religiones son unas pirulas de una imaginación planetaria).
El homo sapiens cuenta unas trolas muy principales . Sólo él puede hablar sobre cosas que no existen realmente, y creerse cosas imposibles. En cambio, nunca convenceremos a un mono para que nos dé un plátano con la promesa de que después de morir tendrá un número ilimitado de bananas a su disposición en el cielo de los monos.
Contar relatos que cuelen no es fácil. La dificultad no estriba en contarlos, sino en convencer a todos y cada uno para que se los crean. Gran parte de la historia gira alrededor de esta cuestión: ¿Cómo convence uno a millones de personas para que crean determinadas historias sobre dioses, naciones, o grandes compañías? . Lo cierto es que cuando esto tiene éxito, confiere un poder inmenso a los humanos, porque permite a millones de extraños cooperar y trabajar hacia objetivos comunes. Piensa lo difícil que habría sido crear estados, o iglesias, o sistemas legales si solo pudiéramos hablar de cosas que realmente existen, como los ríos, árboles y leones.
Las ficciones cohesionaron elásticamente a millones de individuos.
Los leones, los chimpancés o los neandertales solo forman colectivos de pocos individuos porque el líder necesita invertir mucho tiempo y energía para actualizar su autoridad. Los insectos sociales sí pueden reunirse en colectivos homogéneos de millones de individuos, pero de una manera desesperadamente rígida.
En cambio, un humano solo tiene que montar una buena historia (un dios, una bandera o unos colores deportivos) para conseguir, cómodamente, una fuerte unidad colectiva.Lo estamos viendo estos días con el movimiento independentista: nunca tan pocos han fabulado tanto , durante tanto tiempo, a tanta gente.
Por su mayor corpulencia y por su mayor cerebro, un neandertal superaba con creces a un sapiens en el combate uno a uno, pero este último lograba mantener unidos colectivos más numerosos gracias a su habilidad para crear mitos, bulos y chismorreos , y cuentos chinos. Según esta original teoría alternativa, el neandertal no desapareció por el cambio climático, sino por su incapacidad para contar mentiras. Eran buenos chicos o, mejor, bastante cortitos.
Donde se ceba particularmente, aunque no le falta algo de razón, es en asunto de la Religión. Para Yuval la religión es un conjunto de normas para la conducta humana garantizado por una autoridad suprahumana, lo cual a su vez puede lograrse de dos modos: por vía sobrenatural (una divinidad) o por vía natural (una ley de la naturaleza): religión es el paganismo griego, religiones son los monoteísmos tradicionales, religión es el budismo (aunque no hable de dios), el estalinismo, el nazismo o el humanismo liberal. Los faraones dominaron el mundo con sus ficciones durante tres milenios, los papas con las suyas durante más de un milenio y el humanismo con las suyas durante dos o tres siglos. Las religiones teístas ofrecen un paquete compacto y completo de certezas para garantizar la cohesión colectiva y para calmar el ansia de inmortalidad individual.
Para este hombre no hay manera de salir del orden imaginado. "Cuando echamos abajo los muros de nuestra prisión y corremos hacia la libertad, en realidad corremos hacia el patio de recreo más espacioso de una prisión mayor".Vivimos sumergidos en una enorme mentira.
Para este hombre no hay manera de salir del orden imaginado. "Cuando echamos abajo los muros de nuestra prisión y corremos hacia la libertad, en realidad corremos hacia el patio de recreo más espacioso de una prisión mayor".Vivimos sumergidos en una enorme mentira.
Yval sólo cree en la biología, y en la ciencia. "La felicidad duradera proviene solo de la serotonina, la dopamina y la oxitocina".
Leyendo a tíos así hace mucho frío.
Puedo aceptar que somos unos tragatrolas espantosos, pero pienso que sí, que Jesús vino a la Tierra y nos redimió. Y que hay algo en nuestra naturaleza que va más allá de la serotonina, la dopamina, o la oxitacina. Y se llama amor. Y esas cuatro letras, tal y como las predicó Jesús, han hecho de nosotros una raza que hace cosas que no las explican las moléculas, ni el ADN, ni la ingeniería genética...
Pero por hoy es demasiado.
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ESPACIO RADICAL: REDENCIÓN.
ESPACIO RADICAL: REDENCIÓN.
Este reduccionismo biológico se contradice con muchos fenómenos en la sociedad de hoy.
ResponderEliminarCon motivo del día internacional de la mujer, los alumnos del instituto al lado de casa han llenado las paredes con pintadas como "el sexo no está en los genitales, sino en la mente". O es la biología o no es la biología, pero consistentemente.
Tampoco estoy de acuerdo en que un hombre, como cualquier animal, tiene un lenguaje para comunicarse con su entorno. Nos comunicamos con las demás personas y nunca nos podemos comunicar con los animales al mismo nivel.
De todas las capacidades humanas posibles, la que de verdad me llama la atención es la inmensa capacidad de abstracción que suponen las matemáticas.
ResponderEliminarTodo empezó con un sapiens y una tablilla de arcilla donde nuestro ancestro contaba cosas.
Bien. Una raya fina por cada ciervo cazado. Cuando tenido cinco rayas finas las sustituyo por una raya gorda. Y cuando tengo cinco rayas gordas, las sustituyo por un círculo. Eligió el cinco porque son los dedos que tenemos en la mano y todavía no había inventado el microprocesador Pentium.
Años más tarde, quien dominaba el mar, dominaba el mundo. Observó que la velocidad de navegación de un velero dependía de la posición de los mástiles.
Bien, pues Francia e Inglaterra se picaron y sacaron un concurso internacional para deducir cual era la distancia óptima entre los tres mástiles para que la nave navegará más rápido y así poder meterle candela al enemigo.
Newton en Inglaterra y Leibniz en Alemania corrieron que se la pelaron e inventaron primeros el cálculo de las fluxiones y más tarde el cálculo infinitesimal. Se trataba de dominar, dicho en plata, el comportamiento de las funciones que variaban con leyes no lineales. Para dominar el mundo, ojo. No para otra cosa.
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En los años cuarenta del siglo pasado, un electrónico dejó de contar con los cinco dedos de la mano y aprovechó la capacidad de los circuitos eléctricos donde SI pasaba la corriente o NO pasaba la corriente. Cojonudo. El sistema binario era el ideal para que una máquina calculara a la velocidad de la luz.
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El homo sapiens había desarrollado una capacidad superior abstracta, que durante siglos le hizo cambiar desde la antigua tablilla de arcilla donde raspaba palitos con una caña, hasta el blog del barullo donde se podía escribir a través de Internet.
Y además dicha abstracción le capacitó para determinar si una hipótesis tenía demostración o no. Lo cual era lo más próximo al sueño de la verdad absoluta, que siempre había perseguido.
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Pero vino Jesucristo y lo puso todo en una nueva dimensión.
Ya no se trataba de demostrar el Teorema de Fermat, ni las hipótesis de Poincaré.
Ahora era tiempo de asistir al científico que tras muchas tardes de pensamiento abstracto, se sentía más solo que la Charito. Y que no encontraba sentido a un mundo donde ya nadie hablaba de las integrales elípticas.
Y nos recordó que lo más importante era esa palabra de cuatro letras con una igualdad de letras consonantes y de letras vocales.
AMOR.
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Y entonces fue cuando convenció al matemático solitario para que se dejara de pajas mentales, se bajara a la cafetería de la Facultad, e invitara al cine a esa estupenda camarera de ojos verdes esmeralda.
Y que no le hablara de topología, Mariano.
Mariano, no le hables de topología a la chica, que la vas a espantar.
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Y entonces Mariano tuvo que resolver la ecuación más importante de su vida.
Seguir navegando en un potentísimo y útil mundo de abstracciones, o irse a ver Buscando El Arca Perdida con María.ñ...
Y todo por culpa de un tal Jesucristo, una especie de hippie barbudo que nos enseñó a frenar y a reencontrarnos con nuestra más íntima naturaleza.
...
Cuentan en la Facultad, que cuando Mariano se fue a vivir con María, comenzó a trabajar con la teoría de cuerdas con la frescura mental de un chaval de veinte años.
Y que sólo entonces fue capaz de darlo todo.
Absolutamente todo.