sábado, 23 de diciembre de 2017

FELIZ NAVIDAD: ¿CUÁNTO DURARÁ ESTE NIÑO?

En una  de  las películas sobre  Simbad el Marino su prometida ha sido transformada en una criatura diminuta y Simbad tiene que correr todo tipo de peligros en busca de una flor cuyo elixir posee el poder de devolverle su tamaño original. 

Simbad lleva a la princesita consigo y de vez en cuando la saca de su cofrecillo y la deja correr por la mesa, lo que ella aprovecha para provocarle con sus palabras y sus movimientos. Es una hermosa  metáfora:  para amarme tienes que hacerte tan pequeño como yo. El amor,  como el juego de los niños, es el reino de lo pequeño. Es justo eso lo que significa el anillo que se entregan los amantes. Tienes que caber por este hueco, se dicen el uno al otro cuando se lo ponen.

El reino de lo pequeño es el reino del amor y del juego. Cuando estás enamorado te gustan  hablar  con la persona que amas  con diminutivos. Le tratas  como si fuerais  dos niños que nunca abandonan del todo el territorio del  juego  y de  la infancia.  Te haces pequeño para poder entrar en un reino escondido.

Lo pequeño es el símbolo de lo que está en el umbral. Desde  ese  punto de vista hay  que interpretar   ese  "si no os hacéis como niños  no  entraréis en el Reino de los Cielos".

Estos días  celebramos la Navidad. Parece un cuento. 

Creer en el Misterio de la Navidad es creer mucho. Demasiado. 

Una  persona que crea eso  puede creer en  cualquier cosa.

La  mula es un animal híbrido y estéril. El buey , un toro castrado. Sobre san José  recae, al menos humanamente hablando, la peor de las sospechas . La madre del Niño es Virgen, y concibió de su vientre  al Hijo de Dios,  por obra y gracia del Espíritu Santo.

Un ángeles cantan en la noche "¡Hosana en el cielo y paz a  los  hombres  de buena voluntad!"·

Unos pastores  van allí  y se  les ve  tan felices y tan campantes.

Reyes de Oriente llegan siguiendo una estrella...

Desde cualquier punto de vista que contemplemos este Misterio es de maravillar.Y lo que más sorprende: todo el mundo dice "sí"  a algo  que no entiende: la Virgen, san José, los pastores, los Reyes...

Sin embargo, o lo crees, o no lo crees. La única simplicidad que vale la pena conservar es la del corazón:  la simplicidad que acepta y goza. 

Sólo  así  se puede entender  este Misterio. Si alguien ha sido feliz en la tierra  alguna vez ha sido esta gente.

A esas  horas del Nacimiento lo que llamamos realidad estaba en  Roma, su Imperio y sus fronteras , en el palacio del rey , en la gran  ciudad de Jerusalem, y no en lo que sucedía en  un  pesebre. Estaban  allí porque no encontraron lugar en las posadas de la zona. ¡Es maravilloso!

Parece  un sueño, un hermoso  cuento  y, sin embargo, es verdad. No quiero renunciar al espacio del amor, ése, ¡tan misterioso!. No quiero  hacerlo porque es allí donde  nace  mi Fe.

Aquí está la clave:  es el amor el que crea un lugar donde poder encontrarle. Eso mismo se  puede decir de la Navidad. 

También nosotros hemos  tenido  una vida así. Hemos estado en ese Portal cantando villancicos, y creyendo que todo lo que allí sucede  es  verdad. Después  llegó el Corte Inglés, y los perfumes, y la  mierda de las bolas, y los calcetines, y la puta  Lotería. Todo eso  que trata de que te olvides  y te reclama  desde  ese  otro lado diciéndote que allí está  la realidad. ¡Y  un cuerno!

Los niños son expertos en esas llamadas. Eso es jugar, hacerte  pequeño para que tales voces puedan escucharse. El Nacimiento  guarda la memoria de esas voces, por eso le resultan incómodos a los adultos y no suelen gustarles, porque no hablan de lo que son sino de lo que han olvidado.A  los mayores  no  les  gusta que  les recuerden  que  fueron niños. Tal es el milagro de la  Navidad.

Si eres  niño, y  ojalá  quieras  serlo,  te las arreglarás para regresar. Regresarás cuando leas  el Nacimiento de Jesús en el Evangelio,  o cantando  un  villancico como esos ángeles  lo hicieron aquella noche de  fiesta y alegría. Regresarás cuando beses  el pie de ese Niño. También  cuando ames  a alguien. Cuando juegues  con  tus  hijos, cuando vivas  el desprendimiento . Regresarás cuando  asientes tu vida más allá de las fronteras de tu razón .

“¿Cuánto durará un niño?”, se pregunta Julio Cortázar. Y enseguida responde: “Un niño durará todo lo que duren sus juegos”.

¡Feliz Navidad!



5 comentarios:

  1. Yo quisiera poner a tus pies
    algún presente que te agrade, Señor;
    mas tú ya sabes que soy pobre también...

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  2. Feliz Navidad Suso, bendiciones desde Bolivia Erika

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  3. ¿Pero no habías anunciado que cerrabas el Barullo? Me alegro el que vuelvas, así se que estás vivo y que a pesar de todo como nos pasa a todos- tienes ganas de vivir (digo yo... el "pelotari mayor del reino"

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