domingo, 5 de enero de 2020

¿ALGUIEN ME ENTIENDE?

No  escribo  para  que  me leas. Escribo  para    escucharme. O eso  quisiera, con todas  mis  fuerzas.

No sé  describir  maravillas  que  veo a  mi alrededor, como  el temblor  de  la superficie quieta de un río al soplo de la brisa. ¡Es tan difícil!.

Para  mi escribir es, sobre todo, estar "en  lo  secreto" ,  en un balbuceo  que quisiera rezar.  Aún  me  queda  mucho  por aprender. 

En el árbol  de  mi vida las experiencias son como cortezas que se solidifican unas sobre otras. Y así, la contemplación de una flor  de  este árbol - ¡Dios mío aún florece!-  sirve como aliento para musitar un deseo, y a la vez, fuera una forma inexcusable de entender que esa flor también se marchitará: de que todo se irá. 

Pero, al mismo tiempo, que nadie puede quitarnos el disfrute de ese instante en el que florecemos y que es sólo nuestro, lo único que tenemos.

¿Alguien me entiende?



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