Deambulo por las calles aturdido , absorto, pensando en ti.
Santiago parece un mar de gente anónima, festiva, desenfadada en el vestir de un final de enero de lluvia y piedra.
Y en medio de ese oleaje , braceando en el desvarío de mis pensamientos como un naufrago, siento que debería elevar la mano con tu nombre escrito en un papel, como un objeto más precioso que mi propia vida, para salvarte, amor, de esta historia...
Para , desesperadamente, pedirle a Dios que acoja esta ofrenda para la eternidad...mientras sigo luchando , extenuado , entre las olas del tiempo.
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