¿No habéis tenido la impresión de ir a la aventura hacia la consecución de un sueño, de un proyecto acariciado, de una tierra nueva, del amor intuido como locura...y que al llegar descubres que no era eso, que el lugar, o la empresa, o la persona, resultan decepcionantes a veces, otras intolerables por aburridas, por tristes, por esa soledad que sabe a mar salada?
Y descubres, con los años, que quizás no ibas buscando un encuentro nuevo, una vocación, sino que huías hacia ninguna parte, y cuando llegas ya no hay ninguna parte donde huir.
Y descubres, con los años, que quizás no ibas buscando un encuentro nuevo, una vocación, sino que huías hacia ninguna parte, y cuando llegas ya no hay ninguna parte donde huir.
Que no tienes ni una barandilla desde donde colgar los pies y asomarte cuando te haces mayor.
No hay comentarios
Publicar un comentario