miércoles, 22 de enero de 2020

ZAPATOS

Cada par de zapatos es un misterio que aún no   tiene  su trayecto marcado : en algún punto invisible del  alma del propietario que lo comprará  lleva un programa con todo el camino que ha de recorrer hasta terminar en un basurero al final de su viaje. 

Una vez con ellos puestos  comienza el baile : ellos comienzan a andar y, guiados por su destino, conducen al caminante  hacia el bien o hacia el mal  o, mejor dicho, al bien y al mal. Pero hay  un azar que está  determinado en las suelas. 

Decía Josemaría Escrivá que podía saber cómo era la vida interior de un hijo suyo viendo su armario.Yo creo que  de la suma de todo el calzado que un individuo guarda en el armario se deriva la variedad de su conducta, y también la incertidumbre de todos los itinerarios que definen la existencia humana. 

La gente camina. También se arrodilla. Las puntas de los zapatos de los esclavos de los beatos, de  los adoradores  delatan a sus propietarios. Las puntas están  hacia arriba. Los hombres libres van descalzod.

 Unos tienen muy marcada la tendencia al abismo, otros realizan siempre el mismo circuito obsesivo que es el laberinto de cada día desde casa al lugar de trabajo, a la oficina, al bar, a casa de la amante, a la iglesia,  o al puterío.

Algunos zapatos te llevan al lugar de tus pecados  una y otra vez, y hay modelos que están hechos  para pisar  moquetas de los altos salones, pero todos están sometidos a la ley de la gravedad, y sólo por eso no podemos volar. 

Unas zapatillas  ganarían los maratones interminables aunque no lleven  un atleta dentro; ciertas botas aplastarán la cabeza de pobres  personas  sin carácter , y luego rezarán como el fariseo en su particular templo . Infinitas sandalias  engendrarán   profetas. 

Únicamente descalzos durante el sueño, las personas somos libres pero, ¡ ay!,  cada mañana al pie de la cama todos los zapatos del mundo esperan a que el sueño acabe. El cuerpo humano se introduce en ellos, y  nadie sabe a qué lugar le pueden llevar los zapatos ese día, a qué gloria, a qué crimen, a qué antro. Adonde quiera que vayan, tú serás responsable.


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