Vivimos inmersos en una tela de araña de leyes, disposiciones, jurisprudencias varias, códigos y preceptos , que no son más que justificaciones para que el sistema funcione y mantener burócratas porcinos, y emitir sanciones para alimentar esa gilipollez del "estado del bienestar".
Cualquier sujeto que desee conducir una sencilla moto debe pasar antes por la Jefatura de Tráfico. Para permitirse este ligero capricho hay que hacer una instancia, llenar un formulario, comprar una póliza y realizar un examen. Además de soportar una cola, y ver la cara de cebollino de un@ triste que al llegar a su casa le dirá a su cónyuge " ¡hoy he visto una mosca sobrevolando la mesa!" .... emoción a saco el día a día del funcionario
En cambio, para parir nadie te exige nada.
En el catre nupcial, sobre la paja, encima de la mesa del comedor de casa, en el callejón trasero de una discoteca, en la tapia de un cementerio , o en un apretón en la cuneta , las parejas se unen alegremente guiadas por el impulso venéreo y Dios se ve obligado a repartir almas a mansalva.
¿Existe un solo modelo de alma? No se sabe.
Leí que el cuerpo humano vale 1.000 euros aproximadamente. Si el cuerpo humano lo troceáramos en sus distintos elementos químicos y uno tuviera que comprarlos en la farmacia o en una droguería, con 10 billetes de 100 leuros sobraría dinero para tomarse un Jack Daniels.
Más allá de algunos gramos de fosfato, carbono, calcio, hierro, yodo, magnesio y varios litros de agua comienza nuestro destino. Menos mal que después está el asunto del alma, que complica mucho la existencia.
En estas cosas no hay burocracia. Un par de indocumentados, macho y hembra, celebra un ayuntamiento carnal que fuerza a Dios a santificar la mercancía como puede. No existe control de calidad.
Con el tiempo este artículo producido por la pasión una noche de desenfreno después de la peli
del sábado puede llegar a premio Nobel de Literatura, ganar cinco Champions League , ser canonizado, componer la mejor sinfonía de la historia, ser un asesino famoso, liderar la Independencia de Cataluña, o partir melones con la minga.
Aunque lo lógico es que todo quede en un tío de andar por casa, alguien vulgar , que un día deberá sacar una licencia si quiere ir en una motocicleta , o abrir una churrería en un tenderete, pero al que ningún jefe de negociado le pedirá el carné de identidad cuando decida fabricar un nuevo paisano.
Menos mal que vivir en este mundo todavía resulta excitante porque parece que , al menos a mi, la humanidad está hecha a mano , a ojo de buen cubero.
¡Qué bueno! :-)
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