martes, 4 de mayo de 2021

COMO UNA BARCA ENTRE LAS PIEDRAS.

 Esta pequeña historia la viví en X. 


Juan era un hombre cabal. Muy buena gente. Muy trabajador. También muy ingenuo. Se había casado con Margarita, mujer piadosa y de morro fino. De esas chicas que habían educado para vivir   burguesamente con un hombre que la hiciera feliz y le  hiciese muchos hijos. Marga era muy piadosa, pero con una fe infantil. 


Pronto sus vidas se acortezaron en la costumbre. Dios bendijo a Juan y Margarita con cuatro hijos. 


Una de las costumbres se llamaba Rita, la chica que ayudaba en las labores de la casa. Una mujer sencilla. Rita no formaba parte de la familia. Quiero decir que vivía horarios de sirvienta. Sólo algún día especial podía compartir mesa con la familia. 


Otra costumbre era  que Juan se levantaba a diario muy temprano y desayunaba  en soledad el desayuno que le había dejado preparado Rita. Ella también estaba despierta, y acompañaba en su soledad a Juan desde la cocina. Rita se acercaba para preparar la mesa, servirle el pan, acercarle la mantequilla, queso, o miel. Y una mañana , ninguno sabe cómo, ni por qué razón, él le preguntó por su familia. Y ella le contó. 


Otro día ella le preguntó por su trabajo. Juan era empresario y pensó " no me va a entender". Pero sí, le entendió.  Por lo menos le escuchaba como nunca antes nadie le había atendido. 


Y así un día, y otro, y otro. Y , ya se sabe, el roce hace el cariño. Y, ¡qué cosas!, resulta que Rita conocía mejor a sus hijos que él mismo , y a él mismo mejor  que  él mismo y, por supuesto que su mujer.


Y una mañana se  miraron y, bueno...si le había preparado tantos desayunos, y tantas comidas, y cenas, y le había lavado su ropa, y sus calzoncillos, y las camisas, incluso un día al salir de casa le había llegado a dar un golpe en la espalda diciéndole " ¡ ánimo, que te comes el mundo, Juan!"...pues ...ya lo podéis imaginar.


Margarita , a la que conocí ya separada, madre despechada que contaba  a quien quisiera oírle esta historia, recordaba esos personajes de  Dickens, anclados como una barca entre las piedras , y con un orgullo absurdo y corto de entendederas.



2 comentarios:

  1. Muy interesante la historia de Juan y Margarita... y no me resisto a hacer una pregunta.

    Juan acabó en brazos de Rita... pero no cuentas la otra cara de la moneda: ¿en brazos de quién terminó Margarita? Esa es la pregunta del millón ;-)

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  2. Pues, hasta donde yo sé, en los de nadie...era una sirena;)

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