sábado, 1 de mayo de 2021

NOÉ.

A veces uno tiene la impresión de vivir en un mundo donde somos frágiles cascarones traídos y llevados por la vida, tan incierta, la política, tan  mentirosa, o por nuestros deseos, tan volubles. 


Pienso que no ha cesado el tiempo del diluvio, y que, como Noé, no renuncio  al sueño de construir un arca para escapar. 


Esa arca es escribir, leer novelas, ver buen cine, escuchar música, cantar, andar solo... 


Ese poder que hay en libros, discos y películas para vencer a la muerte. Y es cierto. En el arte hablan los desaparecidos, y basta con abrir un libro, poner un disco o ver una película, para que al instante podamos percibir no sólo las palabras, sino el temblor luminoso de los gestos y el sonido de las voces de los que ya no están. 


A veces uno tiene la impresión, viendo ciertas películas , leyendo alguna buena novela, de estar en una sesión de espiritismo, rodeado de muertos que han sido convocados a tu sala de estar. 


Una biblioteca, un aparador con CD's  o un album de fotografías  , por ejemplo, es una reunión de muertos, ya que una buena parte de los autores presentes en sus estantes ya no están en el mundo. Y sin embargo, nos basta con abrir sus libros , oír  su música,  para volver a escuchar las mismas palabras que ellos escribieron y tener con ellas sus pensamientos y sus deseos más ocultos.



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