miércoles, 19 de mayo de 2021

NO HAGAS DE UNA PERSONA UN DIOS.

 "No hagas de una persona un dios porque un día no le perdonarás que no lo sea".


El problema es cuando , a pesar de que no es un dios, y de que ha caído su cadáver del armario todo fétido y putrefacto sobre la alfombra de la sala de estar, el ingenuo sigue pensando que es un dios. En fin, es un problema de entendederas.


Conocí un tipo que pensaba tenía el don del liderazgo. El pobre, confundió autoridad con carisma. Eso les pasa a muchos. Creen que la gente les sigue, les obedece, le respetan , por su capacidad de entusiasmar, su simpatía, su  brotes de genialidad. Y , no señor: les siguen y obedecen porque no queda otra.


Éste que hablo era director de un colegio mayor universitario. Todos los que vivíamos allí le debíamos obediencia. Es más, el espíritu era " obedecer, o marcharse". Y como estuvo muchos años en el cargo , se lo creyó. Al pavo le salieron las plumas.


El  hombre estaba un poco pallá. Organizaba "campañas apostólicas " donde  debíamos de hablar de Dios a gente cogida a lazo por la calle.  Aquello era una locura.  Nuestro hombre colocaba un cartel con un número 1000  y nos decía:


- ¡¡¡ A hablar de Dios a  mil!!!


Como si fuésemos judíos en busca de prepucios de filisteos.


Por aquellos años este iluminado conoció a Jordi Pujol. Y aquello le trastornó: Dios Padre, Dios Hijo, Dios Espíritu Santo , y  el Horinable, y su mujer, y sus hijos, y los hijos de sus hijos...


Y nos hizo cantar con la tuna en su casa, en el palau de la Gerenalitat,  catalinazando las letras...las cosas más ridículas que llegamos a hacer por epatar  al Molt. 


Lo santificó. Estaba convencido que era providencial para una causa política donde el sidral entre la Moreneta,  Torreciudad, y el pople de Cataluña se confundían en el regaliz húmedo de su fanatismo. 


Después fue nombrado director de un colegio.  No era extraño ver a Marta Ferguson por allí. Se trataba de seguir epatando. Nacionalizó la institución, entrando como elefante  en chatarrería. 


Allí descubrió que de carismático nada de nada. Porque el profesorado no era lanar, ni sabía que era eso de "obedecer o marcharse". Pocos años después el colegio quedó reducido a pavesas.


Y, degenerando , degenerando , devino en  ser psiquiatra de la cosa endógena, que da para mucho.


La madera de este hombre es la de los fanáticos. Esos que hacen de una persona un dios. Y, pase lo que pase siempre le perdonará que no lo sea. Pobre Joan, recuerda a los grandes obsesivos que él mismo conoce muy bien, y trata.


Leí una vez que Goya no pintó en su vida más que un largo y obsesionado cuadro que  sigue inacabado. Así le sucede a este hombre . Todo su ideal  religioso y nacionalista ( ¡vaya pedrada!)  transformaron   su carácter y cristalizaron en una raíz histérica y visionaria.  


Y allí sigue. Cristalizado.




4 comentarios:

  1. La serenata del Pati dels Torongers aixo si que va ser impressionant.
    Después de cuarenta y tantos años me recuerdo bordoneando y con mi voz juvenil meciéndome entre capas. Vestido de terciopelo negro y raso azul eléctrico en las mangas al gusto de JLR. La "performance" de la catedral de Vic también fue tremenda, todavía me sonrojo. Aún así, de aquella época, lo de la tuna no era lo más raro que hacíamos.
    en fin también yo soy un poco raro.
    Un abrazo Suso, me alegra leer tu blog.

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  2. Buá... grandes historias!

    Inolvidables... ¿quien no es raro?

    abrsz

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  3. De la tuna recuerdo a uno que le daba a la pandereta como si estuviera jugando un partido de beisbol de la liga americana, con el mismo ímpetu y la misma energía.

    Por cierto, de los hijos del Horinable ninguno llegó a enfundarse la camiseta del Betis? Ni siquiera llegaron a jugar algún partido amistoso, no?

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