Muchos tenemos ese lado oscuro, torturado, nuestra particular zona catastrófica y caótica.
Esa parcela secreta donde se unen pensamientos, deseos y obsesiones. Donde los excesos y los vicios ponen al límite esa vida que , con frecuencia, suele acabar antes de tiempo.
Creo que puede ser esa parte la que sea necesaria para crear arte del tipo que sea.
Estoy convencido qye esa parte oscura termina por salir en forma de luz, de emociones que cristalizan en palabras, en colores que impresionan en un lienzo o de una voz capaz de rasgarte por dentro.
La creación no va por caminos convencionales , no habla en voz baja, es incorrecta , no tiene límites, no se calla.
Se forma con barro que queda cuando se ha tocado fondo, con lágrimas que se tragaron y gritos sordos .
Cuando tienes esa valentía que ganó al miedo, esa mirada nueva tras haber vivido con los ojos cerrados. Cuando has dado el portazo con el que se sale del rebaño.
¡Detrás de una obra maestra hay tanto dolor!
Que no nos falte la magia al escuchar una canción, la emoción al leer un libro, la admiración al contemplar un cuadro, el conmovernos ante una escultura o fascinarnos con un edificio.
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