Ha
bastado un día de sol de una fastuosidad imprevisible, después de
tanto tiempo de mordida invernal, para que todo el mundo haya salido
a la calle de una manera ávida y destemplada.
Yo, de entrada, he pillado un trancazo muy principal. Por andar en camisa a dar un paseo.
La
naturaleza acentúa nuestros impulsos, ¡qué ganas de salir! Pronto
todos, hombres, mujeres, animales, plantas, despertarán a la luz, al
sol, y a echar polvos al aire.
Muchos
animales presentarán ahora sus mejores lecciones de canto. Pla
sospechaba que hasta los peces van nadando y silbando.
Todos
estos cantos son efusiones nacidas del amor , y del amor en su forma
más pura, que es la que nos lleva a conservar la especie a prueba de
bombas y pase lo que pase. Para conservar la especie hay que cantar
y luego hacer lo que se presente en cada caso. Y si , encima, bailas,
entonces eres irresistible.
Esta
presencia de la música y del canto en estos actos esenciales de la
vida es un curioso misterio, hasta el punto que no se sabe si
cantamos porque estamos enamorados o nos enamoramos porque cantamos.
Uno,
que es un romántico incorregible, siempre ha cantado a las mujeres
que amó o, al menos, que me gustaron. Lo que está claro es que
parece evidente que las hembras se van con el que canta.
Se
van cantando a conservar la especie; así, pues, los taciturnos no
deben de conservar nada. Se reproducen poco, y por obligación.
Y
algunos moriremos cantando, o eso quisiera.
Ya
lo escribió el poeta “Cantando me he de morir, cantando me han de
enterrar, Y cantando he de llegar, al pie del eterno padre: Desde el
vientre de mi madre, vine a este mundo a cantar" .
Fantastico Suso! Los musicos somos irresistibles, que tengamos un dia exitoso,
ResponderEliminarMontserrat caballe
Nueva Orleans.
ResponderEliminar09:00 de la mañana de un sábado.
Sales de tomarte un café y te los encuentras de frente.
Es un entierro. Delante va el coche funerario, detrás los familiares afligidos, y luego llega la vida. Los amigos, vecinos y allegados del finado, contratan una banda que toca una música sentida y bailada.
Llámale jazz, charanga, música negra, africana o caribeña.
Los amigos se despiden de los amigos; contoneándose en la calle, mientras acompañan al fiambre.
El de dentro de la caja no baila.
Pero sabe desde pequeño, la manera de irse de este mundo de forma adecuada.
Y que sí, que el amor que anta y la muerte, parecen una misma cosa.
Mi padre repetía mucho una frase: "Quien canta, su mal espanta" ¡Años me pasé preguntándome quién era la Malespanta esa que mi padre decía que cantaba!
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