Educar a pijos es una labor ardua y difícil porque el pijo acostumbra a tener mucho corazón y pocas virtudes.
El pijo, si el entrenador no le pone en el equipo un partido, no vuelve. O si hace mucho frío, mamá escribe una tarjeta excusando que haga educación física "porque está resfriado"...
Aunque hay pijos en todos los barrios (hay gitanos pijos, hijos de la clase trabajadora pijos, alumnos de jesuítas de pijolandia, fomentos fresas, y pijaro's ...) todos tienen el mismo común denominador.
«La educación debe hacer capaz al
hombre de librarse de la sensación del momento, capaz de hacer lo
que quiera. Debe aprender a conducir su vida, más que a dejarse
llevar».
Esa es la razón, señala Robert
Spaemann, de que Rousseau recomendara a las madres que, "cuando
el niño que tienen en brazos tienda la mano a una manzana, no deben
buscarle la manzana, sino que deben llevar el niño a la manzana. Así
aprende el niño que las cosas no se dejan dar órdenes (...)".
A los pijos les buscan la manzana, se la pelan, en el mejor sentido de la expresión, la trocean, y se la dan en un tenedor.
Solamente ante una realidad que nos
ofrece resistencia podemos desarrollar nuestras fuerzas. Y las
alegrías más profundas de la vida se relacionan con el desarrollo
de nuestras fuerzas y capacidades.
El pijo no sabe qué es eso. Un antiguo alumno me echaba en cara la cantidad de buena gente que hay entre sus compañeros de promoción que no la hincan en la vida. Y nos echaba la culpa a los que les formamos.
Y tenía razón.
El educador tiene ante sí la tarea de
introducir al niño en la realidad que está frente a él y es
independiente de él. La madre es, en general, la primera realidad
independiente con la que el niño se encuentra.
En la madre comienza todo, para bien, y para mal.
"Quien puede recurrir al recuerdo de un
mundo sano, está más preparado para el contacto con el que está
viciado». Spaemann
Sí, el hombre debe aprender a conducir su vida. Como decía Jung "La individuación es imprescindible para ciertos seres humanos, no solo como necesidad terapéutica, sino como alto ideal, una idea de lo mejor que es capaz de hacer. No puedo dejar de señalar que es a la vez el ideal cristiano primitivo del Reino de Dios, el cual “está dentro de vosotros”. La idea subyacente a este ideal es que el recto obrar proviene del recto pensar, y que ninguna salud hay, ni mejoramiento posible en el mundo, que no empiece por el propio individuo. Quien viva de prestado o en un asilo de menesterosos nunca resolverá la cuestión social, para decirlo de una manera drástica”.
ResponderEliminarPor caer en el otro lado, el domingo en Misa unas monjitas pedían aportaciones para llevar a unos chicos descarriados a Roma. La Zamorana me dice: si los llevan a Roma, perderán la poca fe que les quede; y si están descarriados, menudo viaje les van a dar a las monjitas.
ResponderEliminarPero aquí que pasa! No entiendo nada! Y no se pueden llevar a los chiquillos, a desasnar, a Cercedilla? Por poner un ejemplo, vamos.
EliminarEn los EEUU la gente paga verdaderos pastones para irse una temporadita a desestresarse... Y ¿cómo lo entienden ellos? ¡Se van a currar! Van a. Campamentos donde se hacen la comida los unos a los otros, se limpian su ropa, etc, etc, además de otro tipo de actividades. ¿Y aquí? Si no hay Administración o voluntariado que nos sirva no hay ejercicios o curso de retiro que valga. ¡Manda webs! Arrastramos unas costumbres terroríficas desde ni se sabe cuando.
Dos tercios de las empresas familiares de este pais no sobreviven al cambio generacional.
ResponderEliminarEs imposible pasar de la manzanita peladita, a subirse al camion a las cinco de la mañana para ir a recoger fruta.
Los pijos se funden antes el patrimonio de la empresa, el de la familia, mandan al inem a los empledos y viven si pueden de las rentas.
Mientra que tu haces el turno de noche del taxi del Pupas, los fines de semana, ellos acuden al master de excelencia empresarial, donde un profe vivo les saca la guita, hablandoles justo de lo que quieren escuchar, que si la excelencia y que su puta madre.
Prefiero conducir libre, mientras escucho jazz y observo a los barrendos limpiar con chorros de agua fresca las calles de la ciudad.
Pringao hasta las trancas, si.
Pero al menos, me siento libre.
Y si alguien pronuncia la palabra excelencia en mi coche, le invito a que se baje.
Con toda la amabilidad del mundo, si. Pero que se baje.
Y que se meta su pasta en el culo.
La gente que tu educaste no necesita hincarla.
ResponderEliminarDices que hay pijos en todos los sectores, y debe de ser así, pero pienso que en los colegios de élite -de pago, de robo, ... o como los queramos llamar- el fenómeno puede ser de contagio: hay hijos de padres ricos que lo tienen todo: la ropa de marca, casas en el campo y la playa, etc ... y otros que los tratan de emular .... y son pijos por imitación ... y en unos y otros habrá excepciones, por supuesto.
ResponderEliminarEntre los pijos no hay excepciones: son todos unos pijos.
ResponderEliminarDurante unos años dí clases en uno de esos colegios muy, muy, muy elitistas y me ocurrió eso que Suso describe muy bien de que "los ricos te invitan a su mesa y te hacen creer que eres uno de ellos" cuando en realidad ni es así ni ellos te consideran com o tal, simplemente ocurre. Y me lo creí. Y me pegué uno de los grandes batacazos de mi vida. Ahora los aborrezco.
ResponderEliminar¿Qué santo era el que decía que quien no trabajara no comía? Pues, eso.
ResponderEliminarA muchos jetas, "compañeros de trabajo" les daba una patada en los cojones... Que se iban a enterar!!!
San Pablo. 2 Tesalonicenses 3:10-12
Eliminar