Hoy fui al Valle de Barrosa.
Aquí fuimos Manuela y yo una mañana de abril, maravillosa.
Barrosa es el valle desconocido, de una belleza sobrecogedora. Para mi, sin dudarlo, el más hermoso de los Pirineos.
Es como una catedral inmensa de piedra con el techo abierto al cielo, rodeado de dos paredes gigantescas que se abrazan.
Hoy no había nadie.
Se escuchaba el sonido del agua del río, cantarina y fresca, andando entre bosques amenos y regalados, con ramas perladas en sus hojas por la lluvia caída de noche, en sendas tapizadas de un verde que ponía en sordina las pisadas.
Peligrosos animales me acechaban. Un descuido, y te jugabas la vida.
Al final del Valle, si embocas los labios y gritas al paredón de la izquierda, el eco te repite tres veces el sonido.
Con mi padre lo hacíamos mucho. El eco impresiona mucho si lo escuchas en un espacio tan abierto.
Grité tres veces "MA NUE LAAAA"....y me fueron devueltas las siete letras de su nombre.
Un último grito, "TE ECHO MUCHO DE MENOOOOSSS", puso el Valle patas arriba.
Después, me senté, saqué la navaja, un buen trozo de pan, abrí una lata de calamares en su tinta, picante, y almorcé. La cerveza, puesta a refrescar en el río, puso el punto final al festín.
Bajé dando tiempo al tiempo.
Comí en el restaurante donde sirve Corina, la rumana de la que hablé ayer. Esa mujer tiene una mirada donde se le asoma el corazón a borbotones. Es una mirada limpia, de una sinceridad que abruma, muy sencilla.
En el café le conté la película el Festín de Babette. El motivo fue que ella no entendía el afán de sus jefes por ganar y ganar y ganar más dinero, abandonando todo sólo por eso.
"Nuestro sueño- hablaba de ella y su marido- es abrir en Rumanía una tienda , o un bar, pero para vivir y poder disfrutar. Yo esto no lo quiero.
Corina tiene una sensibilidad muy especial. Cuando le cuento que Babette ha gastado el premio gordo de la lotería en el mejor banquete como agradecimiento a esa panda de palurdos, se le humedecieron los ojos.
Seguro que aunque no lo veas, el ¡Clong, Clong! del cencerro te acompaña a todas partes...
ResponderEliminarQue lo sigas disfrutando. Te esperamos en casa cuando regreses...
ResponderEliminarLLuis P.
¡Menudos lametazos da Manuela! Si es que no hay como dejarse querer...
ResponderEliminarQ maravilloso relato de tu viaje........es bonitoooooo y muy hermoso
ResponderEliminarQuerido Suso,
ResponderEliminarNo se que decirte mas que querer acompañarte en este camino que estas transitando. No me conoces pero da igual, nos unen demaseadas cosas. Desde hace 17 años que me raje del Opus, tu me has acompañado con tus escritos en mi propio camino de sanación interior.
En estos momentos vivo en Buenos Aires, pase de la Bella Easo a la inmensa Pampa Argentina. Muchos kilómetros de distancia y muy cerca de tu dolor.
Suso de todo corazón lo siento.
Javier Gomez
fjgronco@gmail.com
Mucha envidia por el paisaje y los camarones!
ResponderEliminarYo sí que soy palurdo que no conozco el Valle de Barrosa ... el marido de la Chacón se llama Barroso, pero seguro que el nombre del Valle no viene de la ex ministra.
ResponderEliminarEs verdad que hay mujeres -imagino que también hombres- a las que la bondad y la ternura se les ve a la vista.
Como siempre, antes y despues, sigues dejando huella en la gente de tu camino. Igual que en el blog. Seguimos a tu lado, Suso. Gracias por compartir tanta belleza, exterior e interior.
ResponderEliminarLlevas la misma ropa varios días. Al menos cámbiate de camisa y camiseta.
ResponderEliminarAntes de este escrito, la única Corina de la que había oído hablar era la amiga del Rey Juan Carlos.
Respecto a la última foto, ¿quién es el que está como un cencerro?
Saludos
Mi jefe está como una moto.
ResponderEliminarAnoche nos despertó a todos a las tres de la mañana.
Motivo? Un pedido urgente de treinta toneladas de pintura.
Los de producción, el departamento comercial; los de la fábrica y los transportistas, toda la peña nerviosita.
Plazo de entrega tres horas. Además.
...
Nos hemos partido el alma, y al final hemos conseguido llegar por los pelos.
...
Eso sí, le ha quedado un amanecer de pelotas.
Yo creo que este jefe se droga o algo.
Cuando le da, le da.