sábado, 6 de septiembre de 2014

LOS PUROS

Sé, las he vivido, que hay una moral de los impuros y una de los puros.

A los impuros el mal les da envidia.

A los puros les inspira piedad.

Muchos falsos puros se abstienen del mal por impotencia, por cobardía, o por la presión de imperativos legales, familiares, sociales…incluso por vergüenza.

Los puros evitan el mal porque hay algo superior dentro de ellos que les da paz y alegría.

Y los más paradójico es que hay impuros que creen en su pureza: rezan, cumplen los mandamientos, asisten a Misa y comulgan, imparten catequesis …

Y hay puros que también. Y hay puros que tampoco.

Y que me lean los puros: al menos inspiraré piedad, que no es lo mismo que dar pena.

6 comentarios:

  1. Suso, hace muchos años, cuando me enteré de que habias dejado el Betis tuve ese sentimiento de "pena" que tan bien describes. Y no sabes cuántas veces me he arrepentido de ello.
    Aunque pueda sonar a excusa, la verdad es que es muy dificil estar alli dentro y no funcionar con ese tipo de esquemas y prejuicios constantes. En realidad, el dia que dejas de actuar de ese modo, estas empezando a aceptar que mas alla de lo externo existe el corazon y muchisimas cosas mas que no somos quien para juzgar. Y, lo mas importante, estas empezando a abrir la puerta de salida...
    Suso, lo siento!!

    ResponderEliminar
  2. Es comprensible, nos pasa a muchos.

    Buena señal el cambiar de enfoques en la vida y no mantenerse en criterios lanares.

    ResponderEliminar
  3. Me siento mejor ahora, siempre he querido decirtelo... ;-) Gracias!!

    ResponderEliminar
  4. El concepto de pureza se empobrece hasta tal punto que solo seve en la dimensión de los mandamientos sexto y noveno, por mucho que se dijera de entrada, en cualquier medio de formación que pureza no era sinónimo de castidad. Pero en despachos (quien los presenció dará fe de ello) y en consultas de conciencia, era lo fundamental. El sexto y el noveno. Solo después, al abrir la ventana, se ve la pureza en toda su integridad. Y también dará fe de ello quien lo haya vivido. Y si no, acaban pidiendo que no se lea (ellas) la lectura de la casta Susana, o habrá cachondeillo cuando en la misa de San José, se repita el versículo "semen eius manebit in aeternum", traducido en la neovulgata con un simple "su linaje permanecerá para siempre." Cáspita.

    ResponderEliminar
  5. Yo no creo en la pureza, ya sea de sangre o de espíritu. Y mucho menos en "los puros". Los puros no existen. El que aparenta ser puro o inmaculado está usurpando una imagen, nada más. Y además no suele ser de fiar, por muy director o muy sacerdote o muy "mayor de casa" que sea.

    ResponderEliminar
  6. El concepto de pureza depende altamente del contexto: pureza del oro, pureza del aceite de oliva, pureza del agua...
    Aplicado a las personas es algo surrealista, relacionado con el sexo de los ángeles o con algo peor: pureza racial, pureza ideológica... Me produce escalofríos.
    En el fondo, usar la palabra pureza relacionándola con la represión sexual, ni que sea por motivos supuestamente racionales, viene a decir, sin decirlo, que el sexo es algo negativo, o que quien lo practica con una moral diferente a la que nos han enseñado és un cabrón.
    Recuerdo el odio de una monja hacia una niña de quince años que tenía relaciones con su novio con permiso de los padres; esa mujer, literalmente odiaba a la chica, y la chica era una joven buena, de corazón noble y generoso, un poco hippy; tambié es cierto que era un poco rebelde. Pero el odio de esa mujer me hizo ver que la pureza humana estaba presente en esa chica que hacia el amor con su novio de su misma edad, y que la impureza de espíritu estaba en el cuerpo blanco, oculto y envejecido de esa pobre mujer mal educada por las circunstancias, y por supuesto en sus prejuicios.
    La impureza está en los educadores de la Alemania de los años veinte que ataban las manos de los adolescentes a la cama para que no se masturbaran. Pureza e impureza son palabras, sólo palabras que algunos utilizan para etiquetar a los que entienden de manera diferente el uso de unas facultades que no hemos elegido, y que la naturaleza ha puesto en nosotros. Para mi sólo tienen sentido si las usamos para definir la sinceridad de una mirada, el compromiso con la bondad, incluso la misma idea de responsabilidad.
    Las normas, leyes, moral, valores y organización de nuestra sociedad no son las únicas posibles de todas las que hubieran podido ser, ni necesariamente las mejores; han venido impuestas por las civilizaciones que ganaron las guerras del pasado, y normalmente ganaron por ser más crueles.
    Las palabras pureza o impureza son herramientas del poder para dirigir el rebaño. Los rabinos llaman impuros a los que se sientan donde antes ha estado sentada una señora con la regla. Los monos Sapiens somos así, nuestro lenguaje ayuda a que nuestros miedos y prejuicios escalen hasta la complejidad de las palabras que controlan y dirigen los cabestros hacia donde el poder quiere que vayan. Pero cada niño o niña que nace, nace con la mente en blanco, y representa una nueva oportunidad para ser más sencillos, para estar más cerca de la tierra.

    Vinu.

    ResponderEliminar