jueves, 11 de septiembre de 2014

BOTÍN.

Se murió Botin.

No me gustan los banqueros. 

Ayer, explicando las razones de mi asqueo por esa raza, me contestaba una lectora del Barullo: "alguien tiene que ocuparse de ciertas cosas".

- Que hacen cosas que harían vomitar a una vaca.

- Yo creo que lo importante es no juzgar.Y si aceptamos que el dinero y los bancos son necesarios,  no podemos decir que el banquero es mala persona por el hecho de serlo, sería como decir que una cierta cuota de mal es necesaria en el mundo- responde.

- Hay profesiones que terminan creando una segunda naturaleza. La tuya no, la mía a veces, la de los banqueros, siempre. No olvides que éste es banquero de tercera generación.

En fin, si alguien es experto en poner velas a  Dios, y al Diablo, esos son los Banqueros.

Pujol, no es un político, por ejemplo, Pujol , por encima de todo, es un Banquero.

Me gustó esta cita:

 «La mayoría de la gente sólo cree que sabe lo que desea. 

Uno piensa, por ejemplo, que le gustaría ser un médico famoso, o profesor de universidad, o ministro, pero su verdadero deseo, que él no conoce en absoluto, es ser un simple y buen jardinero. 

Otro piensa que le gustaría ser rico o poderoso, pero su verdadero deseo es ser payaso de circo. Mucha gente piensa, también, que desearía de verdad que a todos los seres humanos del mundo les fuera bien, que todos pudieran ser felices y vivir contentos, que todos fueran amables con los demás, que triunfara la verdad y reinara la paz… 

Muchos de ellos se asombrarían si conociesen sus verdaderos deseos. Sólo creen que desean todo eso porque les gustaría verse a sí mismos como personas virtuosas o buenas. Pero el que les guste no significa obligatoriamente que lo deseen de verdad. 

Sus deseos reales se orientan a menudo hacia otras cosas completamente distintas; incluso a veces justamente hacia lo contrario. Por eso jamás están real y completamente de acuerdo consigo mismos. Y como los deseos ajenos son de historias ajenas, ellos jamás viven su propia historia. Y por eso, naturalmente, tampoco pueden hacer magia».
 
Michael Ende En La escuela de magia

8 comentarios:

  1. Buenos días. Cada profesión, cada trabajo, cada quehacer, cada cada, genera una forma de actuar, ver la vida, afrontarla, temerla o cagarse encima o en las muelas de los demás. Me parece que más que vocación lo que existe es un saber adaptarse a lo que se hace sin dar mucho la brasa.
    Servidor es desde hace casi treinta años transmisor de conocimientos (para otros trabajador de la enseñanza, para algunos educador, para otros guerrillero paracaidista superviviente en campo ajeno). El ejercicio de la profesión de pasar unos días en septiembre brindando mi programación para que si me reclaman una nota (para otros calificación, para algunos estimación más o menos objetiva y más o menos singular), pueda tener preparado el discurso académico-burocrático que me defienda. Luego vienen los chavales al instituto (ya empiezo a tener alumnos que no conocieron mi siglo, esto me ha marcado), y el quehacer (para otros labor, para algunos trabajo) me da pocas sorpresas, y desde hace un tiempo ni siquiera sinsabores o satisfacciones. Me debe de pasar como al presidente de un banco cuando tiene noticia de un deshaucio: mantengo una distancia que permita que todo esto no me afecte.
    Y en el entorno cada uno diseña sus estrategias. Unos, a su torre de marfil (hoy día, con la cosa del medio ambiente y los recortes sociales, es de polietileno), otros caen en el cinismo, otros viven bien porque antes te han jodido.
    ¿Qué hago yo? Sobrevivo, mis largas vacaciones me permiten volver a recuperar el nivel de oxígeno necesario, procuro no comparar mis catorce-quince años con los de mis alumnos, y trato de evitar todo asomo de cinismo, chulería, mala leche y demás. Sus lo juro.
    Cada profesión (para algunos labor, para otros, trabajo), nos marca. Pero no como se marca un borrego o un ternero. Nos permite amoldarnos, y al menos, aunque la mierda nos rodee, nos permite elegir el gel y el desodorante que nos hemos de poner cada día. Mis alumnos se fijan mucho en cómo güelen sus profes.
    Hala, qué rollo, profe.

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  2. Yo creo que el error es aceptar que la usura tiene que existir porque no se pueden cambiar las cosas.
    Un saludo.

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  3. ¡Genial la canción, Suso! Sólo te había oído cantar una vez, en un Univ, porque era numeraria, pero esta canción no la conocía, más bien debía ser la del idiota.
    Besos de Diada desconcertada

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  4. Es lógico (y bueno) que todos nos representemos un "yo ideal" hacia el que tendemos. Lo importante es mantenernos muy cerca de la realidad, que debe ser nuestro centro. Lo contrario sería el egocentrismo, que nos cegaría y no nos dejaría distinguir entre los medios y el fin. Tender hacia los medios es para mí lo que tu denominas orientarse a cosas totalmente distintas.

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  5. Pero no olvidemos que hay banqueros que han hecho, y aún hacen, una gran labor. Piensa en la obra social tan importante de algunas entidades financieras. En España hay alguna entidad que el presupuesto anual para su obra social es de varios cientos de millones de euros, gracias al cual se benefician miles de personas con escasos recursos: centros especiales de trabajo para personas disminuidas; recursos destinados a la investigación, desarrollo e innovación; becas para poder estudiar en el extranjero en universidades muy caras; atención a huérfanos; etc. Yo, de hecho, domicilié mi nómina -con toda la intención- en una entidad financiera preocupada por revertir a la sociedad una parte de sus beneficios.

    Cajista

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    1. Esto es el chocolate del loro. Es el deseo confundido con la realidad. Las cajas, al no tener accionistas, destinan lo que aplicarían a dividendos a obras sociales (no tienen coste del capital propio, lo cual les proporciona una ventaja sobre los bancos). Pero podrían hacer mucho más de lo que hacen. Al no tener accionistas no tienen control. Además, con el estado del bienestar consideran que deben dedicarse a organizar exposiciones o a pagar a políticos por sus conferencias. Eso sí, para atraer clientes te enseñan los cuatro chavos que se han gastado en obras de beneficencia auténticas. No atrae clientes el decir que han pagado a un político por dar una conferencia o que han organizado una exposición de Sorolla.

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  6. Gran cita. Te sigo desde hace mucho, creo que antes del 2000 cuando solo escribías en Opuslibros. La cita de hoy creo que habla de ti y digo creo porque en el fondo no te conozco personalmente. Desde luego habla de mi. Con 47 años estoy yendo a un psicoanalista para ajustar precisamente eso, que mi querer sea realmente mi querer. ¿Esperanza de éxito? ni idea, ya veremos. Hoy dejaré 40$ tratando de encontrar el extremo del cabo que me permita desenrrollar la madeja. "como los deseos ajenos son de historias ajenas, ellos jamás viven su propia historia" la frase me ha dejado tocado. Gracias por poner el acento en este punto tan importante. Un abrazo

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  7. A mí, en cambio, me caen bien los bancos. Creo que son algo bueno, cuando cumplen su función de bancos, ya que manejan una de las cosas más necesarias que tenemos: el dinero. Lo complicado de estos momentos es que el sistema financiero está fuera de control y en lugar de servir a la sociedad ha descubierto toda clase de formas de explotar a la sociedad. Pero esto no es culpa de los bancos, sino de los que han renunciado a controlarlos. Si nadie controla a los restaurantes o a los arquitectos los efectos negativos se producirán inmediatamente. Pues igual con los bancos.
    Por otro lado, cuando un banquero controla y manipula a los medios de comunicación y a los políticos para que le obedezcan, me parece que ha comenzado a dejar de ser banquero para ser un “padrino”. Conclusión: los bancos son estupendos, los banqueros gente como todos, por eso hay que controlarlos muy estrechamente para que no arrasen con todo. Como a todos.
    Dionisio

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