Tamahu está encajonada entre dos valles altísimos de selvas frondosísimas, de una densidad trenzada, como un Leviatán vegetal que engulle en su interior miles de personas.
Vista de lejos, esa selva parece impenetrable, inclemente, oscura, ni el sol mismo se atreve a cruzar sus sombras y, sin embargo, en su interior habitan ,miserables, miles de familias en unas condiciones aterradoras.
Contemplar ese paisaje es desolador, de una tristeza que cuesta quitarte de encima , una vez que la has visto.
Familias de once, doce, quince hijos, y sus mayores, los pequeños descalzos y desnudos, mal viviendo en barracas mal iluminadas, con una hoguera en su interior, hacinados, entre humedades que no consiguen desprenderse en su vida, y la tufarada de humo que es parte del paisaje.
Y , sin embargo, viven su dignidad como reyes. Te invitan y te ofrecen Tamal, una hoja que envuelve una torta caliente de algo que aún no me atrevo a comer, y Té Chirripeco, mientras la familia espera que seas agasajado y pases a la otra habitación. Se muestran alegres, educados, hospitalarios.
También allí hay ricos y pobres, ricos que tienen una bombilla, y opobres sin luz, y a estos últimos se les mueren los hijos , algunos de hambre,y lo ven como cosas del destino.
- Padre, ya haremos otro- le contestan al padre Felipe cuando éste les amonesta por el segundo hijo muerto de hambre.
Viven con la luz del día. De noche todo son tinieblas, oscuridad, silencio. No se oye casi nada, no ves nada, es el mundo de la selva en tinieblas. Es el mundo de las Bienaventuranzas, para el que lo quiera ver así, o de la Desoladora Injusticia, la que es aprovechada por los "finqueros" para explotar a estos miserables.
No sé qué pensar. Vengo de muy lejos, y este descubrimiento se me ha agarrado al pecho , como un catarro de injusticias que no esperaba.
¡Dios, ver esto duele mucho!
Estas barracas destartaladas de la Tierra están esperando que Dios escupa sobre este lodazal y con su saliva obre el milagro de un colirio que les dé algo de paz.
A pesar de los años, sigo montando en caballitos de cartón, que son los más bonitos del mundo, y los que más vuelan. Todavía creo en alguien.
Estas barracas destartaladas de la Tierra están esperando que Dios escupa sobre este lodazal y con su saliva obre el milagro de un colirio que les dé algo de paz.
A pesar de los años, sigo montando en caballitos de cartón, que son los más bonitos del mundo, y los que más vuelan. Todavía creo en alguien.
Jo! Debe ser muy duro. A veces he pensado que los de la teología de la liberación era lo lógico ante esa visión. Otros como Teresa de Calcuta lo entendieron de otra forma. Pero sigue siendo un misterio. Animo.
ResponderEliminarSolo de Zaragoza, en otro orden de cosas, te vamos a enviar una biblioteca. Espero te llegue bien.
Cuando me fui a vivir a otro país, me advirtieron que podría padecer un choque cultural: todo es espectacular o esto no vale nada, sin que ninguna de las dos valga algo. Tú, a más a más, estás cambiando de nivel social en una sociedad que desconoces. Que a parte de ser consciente de la machada que estás haciendo te trates bien, te des crédito por estar ahí con los ojos y el corazón abierto, y que te vayas, si puedes, alguna vez a la capital para tomarte un café, ir a un cine, a una librería, concierto ... algo donde te reconozcas.
ResponderEliminarHasta que no cambié un par de veces de ideas sobre lo que vivía, no llegué a tener algo de estabilidad.
Con mucha admiración.
Buf, me has dejado con el corazón en un puño, como se suele decir.
ResponderEliminarUn abrazo.
Buenos días , madre mía q pena 1!!!!!! Se saltan las lágrimas,
ResponderEliminaranimo q tu puedes........es una pobreza extrema no ?un abrazoooooo
ella te echará una mano. ....
Yo ya lo comenté una vez en este foro: en España estamos muy bien. Me río cuando hablan de desnutrición infantil en nuestro país. Demos gracias a Dios por lo que tenemos.
ResponderEliminarContemplar la desolación de un mundo sin recursos nos lleva a un paisaje emotivo terrorífico.
ResponderEliminarCarecen de lo que consideramos básico y sobre todo la muerte de inocentes nos perturba de manera contundente.
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Tal vez si los indígenas de Guatemala vinieran a la terminal T4 del aeropuerto de Madrid y observaran a un indigente que habla sólo mientras arrastra un carro con cartones, pensaría lo mismo de nuestra aterradora sociedad.
Cabe la posibilidad que si el mismo indígena visitara una de nuestras residencias de personas mayores, nos juzgaría como un grupo de desalmados que dejan tirados a sus mayores.
Y cuando el indígena viera que nuestros jóvenes son incapaces de pescar o cazar, y que pasan muchas horas delante de una pantalla con luces brillantes, calificarían de inútiles a los padres, las escuelas, el gobierno y la sociedad en general.
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Nos aterramos ante lo que consideramos fuera de la lógica conocida.
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Por eso es tan importante la cosmología religiosa. Nos provee de un sentido trascendente, de tal suerte que el alimento de nuestra alma se puede convertir en el combustible de los que nos rodean.
Cuando la vida se nos presenta como un cúmulo de dificultades y azares, es cuando las palabras divinas toman su más íntimo sentido.
Al fin y al cabo fueron escritas para redimirnos en vida.
En ésta, donde Jesucristo vivió en primera línea de combate las contradicciones que el hecho de la existencia lleva de serie.
Así que enfrentémosnos a ellas con el debido coraje.
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Jesús nos indicó el camino de la bondad, pero también nos dio las pistas suficientes para trazar ese camino por el valle de la fortaleza.
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Ser fuertes en medio de la tormenta es una forma de agradecer el regalo de la vida.
Tal vez la más práctica.
Proba el tamal !!!!! Es una forma mas .. y muy basica e importante de vincularte con las personas .. es parte del intercambio .. todos damos y recibimos.
ResponderEliminarEstuve googleando y son de maiz o arroz
http://mundochapin.com/2011/12/receta-para-tamales/3011/
es la comida de Navidad .. te hicieron un gran recibimiento ! que hermoso !
ResponderEliminarmira
http://es.wikipedia.org/wiki/Tamal#En_Guatemala
"Estas barracas destartaladas de la Tierra están esperando que Dios escupa sobre este lodazal y con su saliva obre el milagro de un colirio que les dé algo de paz"... Que cosa tan absurda. No existen los milagros, tan sólo la justicia. Y casi nunca.
ResponderEliminarYa ya...y tampoco la poesía...que es el arma de la Justicia, o eso no te lo han enseñado?.
ResponderEliminarAdemás del derecho canónico, la administración del estado, los procedimientos y protocolos y el preciso reloj de cuco que inventaron los suizos en 500 años de democracia, existe la idea del bien común, el buen hacer, la caridad, el prójimo en este atroz microvalle de lágrimas que nos relata Suso y la que siendo tan cristiana tiene la cara de hereje: la pobreza. A las gentes las mueve la poesía y los buenos sentimientos y el respeto al ser humano. De todo esto habló Jesus y se necesita el ánimo que tuvo Dickens para salir adelante. Acabo de leer un libro de Jack London, "Gente del abismo", donde relata la extrema misera del East End londinense cuando en el imperio británico no se ponía el sol, claro que el bueno de Gilbert(Chesterton) afirmó que no le interesaban imperios sin puestas de sol; y lo que describe Jack London es bien parecido a lo que nos describe Suso. Pero en ese abismo esta Suso, no un administrativo de grado medio descreido...cosas de la Divina Providencia. Yo aún creo en los Reyes Magos.
ResponderEliminarDiogneto
La poesía también me la enseñaron, pero para el alma. Para los hombres, trabajo (justicia) y menos milagritos, guapo
ResponderEliminarTambién fue el bueno de Chesterton el que escribió:
ResponderEliminar"Se empieza por no creer en Dios y se acaba creyendo en cualquier cosa"
Yo, por mi parte, creo que hay mucho "hombre desalmado"
Diogneto