domingo, 18 de enero de 2015

LAS PUTAS CREENCIAS.


El modo en que surgió este cruce de caminos que me dirigió a Tamahu no tiene nada que ver conmigo. Vino como vienen todas las cosas grandes y buenas que me han sucedido en la vida: de una manera insospechada, sorpresiva, y extrañamente “casual”.

Así que no me lo pensé dos veces.

Sea como sea, me tomo un "tiempesito" , que dicen aquí,  para aprender algo nuevo y que me apasione. Y Manuela se viene conmigo. Curioso, hasta la casa  alquilé, con derecho a compra, a una pareja que es  vecina de Matilla, , pueblo de Manuela. Nada es casual.

No podría haber actuado de otra manera. Parece que las cosas perdidas buscan a su dueño, y el destino, que es vocación, también.

Pensado fríamente , lo tenía todo : un buen trabajo, consideración en la empresa, disponía del suficiente dinero como para tomarme la vida con calma y, sobre todo, libertad.

Pero no me gusta nada la vida que llevaba. Siempre me ha sucedido lo mismo : empezaba un nuevo trabajo , el que fuera. Llega mi primer colegio, o una empresa. Trabajo un mes y, cuando me pagaban, me sentía mal. Sorpresa. Cuando me pagaban, sentía que no lo merecía. ¿Por qué?: había disfrutado de mi trabajo. Atiende.

En lo más profundo de mí, había descubierto la creencia de que hay que pasarlo mal para ganar dinero. Décadas de condicionamiento escolar y universitario salieron a la palestra con las manos manchadas de tiza. Es una de esas malditas creencias que alguien, bastante gente, te ha metido dentro.

Hay más, sobre el sexo, sobre la religión, el amor, las personas...¡estamos petados de creencias que son mentira!.

La mente inconsciente acumula cientos de creencias sobre el dinero. Está influida por cosas tan sutiles e intangibles como la relación que tu padre y tu madre mantuvieron con la pasta cuando eras un niño. Está conformada por la cultura y por los medios. Está marcada por lo que tus amigos e incluso desconocidos piensan y dicen sobre el dinero y sobre aquellos que lo poseen en grandes cantidades.

Lo bueno y lo malo de las creencias es que funcionan en automático sin que te des cuenta. Probablemente tú, lectora o lector que me lees, sólo vivas vestido de esas creencias de tal manera que ni siquiera te has planteado que las tienes. Las has heredado, y no te planteas nada: Si dos individuos están siempre de acuerdo en todo, puedo asegurar que uno de los dos piensa por ambos (Freud). 

Lo mejor es que se pueden cambiar. Sigue sin plantearte por qué piensas lo que piensas, pero  llegará el día en que sólo te podrás quejar de dos cosas: te has topado con una pared o se te han terminado las creencias para cambiar.

Entonces será el momento. 

Así que ya  estoy en Tamahu  y Dios dirá. La gran lección que me dio Manuela es que gastó su vida en algo que duró más que ella.

¿Me quedaré mucho tiempo?: ya se verá. Aquí el tiempo no existe.

8 comentarios:

  1. Completamente de acuerdo contigo Suso:
    ¡NADA ES CASUAL!

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  2. Es curioso. Nery Orlando Alonso Estrada siempre decía que en Tamahu el tiempo no existe. Hasta que lo cosieron a balazos.

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  3. Es cierto todo en la vida tienn un porqué, a veces pasan cosas q no alcanzamos a entender......el dinero vale en la medida necesaria.......solo asi sera bueno.
    buenos dias ...

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  4. O una huida hacia adelante... Indio.

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  5. Los bereberes en el Sahara no usan reloj, se guían por la altura del sol.
    Tienen bonitas palabras para describir el arco que el astro traza.
    Algunas de ellas tienen miles de años.
    ...
    Ninguno se pierde entre las dunas.
    Jamás.

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  6. ummm..., empiezas a reflexionar...
    Picapleitos

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  7. ¡Buena entrada la de hoy!
    Y es que, la mayoría de nosotros, nos pasamos la vida con el piloto automático encendido. Sin reflexionar, sin hacer una paradita para pensar un poco, y ver que es realmente importante y que no lo es.
    El Maestro, Jesus, se retiraba a menudo...
    Y, claro, a veces nos pasan cosas a lo largo de la vida que nos frenan en seco!!!
    Yo también quiero creer que nada es por casualidad. Eso espero.

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  8. Así les fue a tanto bereber cuando se acercaron a visitar los valles asturianos. Fuese por aquello de la niebla o por las pedradas, perdieron el norte, ¡fue....des-astro-so!
    La noche me confunde.
    Diogneto

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