Leo desde mi adolescencia gracias al "Batusi" , un profesor de literatura que contaba los argumentos de los grandes de una manera tan apasionada que salías zumbando a leer algo de ese autor.
¡Le debo tanto a los libros!
Como uno es como es, mis lecturas son muy desordenadas, sin criterio alguno pero, en fin, poco a poco me han acompañado los mejores, y me han enseñado casi todo lo que sé de la vida, para bien y para mal.
La Faraona de Barbastro ponía un ejemplo para razonar el por qué él había puesto su índice cuando el Vaticano quitó el suyo: el del zumbado que entra en una Farmacia y se echaba al coleto toda medicina según el color, o el sabor y, claro, reventaba.
En fin, no es comparable. De todas formas, si por leer enloquezco como el Quijote, gustosamente pago ese peaje.
Leer me ha hecho mejor persona, ha conseguido que conozca otras vidas y otras culturas, me ha enseñado a hablar y expresar conceptos que de otra manera no me hubiera jalado un rosco.
Esto es, quizás, lo más importante:pensamos con palabras, nos entendemos con palabras, hacemos proyectos
con palabras. No sólo hablamos con los demás con palabras, sino que continuamente
hablamos con nosotros mismos con ellas.
Allí está lo mollar en muchas personas: no leen, y se nota una carencia gravísima a la hora de explicarse, a sí mismos, y a los demás.
Si el lenguaje falla, aparece la violencia tarde o temprano.
Si el lenguaje falla, aparece la violencia tarde o temprano.
Lo primero que hacen los dictadores, o las Faraonas del mundo, es censurar la lectura, prohibirla o, al
menos, disuadir de ella o, en fin, consulta a ver su calificación moral, porque saben muy bien que la lectura es el gran
enemigo de la tiranía marimandona.
Luego te enteras que al que estaba prohibido le hacen Papa , ¡y venga a todo correr a ponerlo a la altura del Principito.
Cuando no se sabe comprender un argumento, o se
siente la pereza de buscar información, o se vive pegado al televisor,
se acaba sometido a la sugestión del grito, la consigna, el clip
publicitario, el convencimiento fácil, el insulto.
Y todo esto es la
antesala de la sumisión.
Educa para la lectura leyendo tú delante de tus hijos: les harás libres, libres de verdad.
Sí: somos el homo loquens!!!
ResponderEliminarYo leo mucho, y siempre he intentado que mis sobrinos leyesen. Les he regalado muchos libros: algunos fueron leídos al momento, otros siguen ahí sin abrir, otros fueron leídos unos años más tarde con entusiasmo...
Lo que quería comentar: moviéndose todos en el mismo ambiente, yendo a los mismos colegios hay tres que leen apasionadamente (las tres chicas) y cuatro que no consigo que lean (algún libro de vez en cuando; dos chicos y dos chicas).
¿Qué hace que unos lean y otros no?
Buenos dias:
ResponderEliminarprimero gracias X escribir tan bien y tan sincero.
ahora leo mucho más. Tengo un compañero de vida (también es de matilla) q me ha enseñado mucho y sobre todo a ser tolerante con la gente y a conocer cosas q yo no sabía, el debora los libros.
le hablé de tu marcha a tamahu y le parece ideal......
no se dice...la ignorancia es la madre de la ciencia?....me gusta como escribes se ve q eres muy sincero.
hasta luego.ah! Muy bonita la foto de la fuente....
Feliz 2015 para ti y todos/as los/as barullanos/as, entre quienes se encuentran personas a las que estimo mucho.
ResponderEliminarLectura comprensiva y reflexiva.
Saludos