miércoles, 26 de julio de 2017

CAMINO DE MATILLA: RATAS

Camino entre Burgo de  Osma  y Aranda de  Duero.

Me  vienen a  la memoria dos   zahoríes . 

Uno  trabajaba  en  un polígono industrial   en la entrada de  Burgos. Era paso  obligado de peregrinos que  hacían  el Camino  de  Santiago. El  hombre, así  me  lo  explicó, sabía que ese Camino  primigenio había  cambiado su trazado durante  siglos de  caminantes  por  culpa de las inclemencias  del tiempo, las  lluvias, o , sencillamente, acortar .

Quedamos  un  día  para  probar  con unas  varillas cual  de los  tres  caminos  posibles  era  el auténtico. Recorrimos  los  tres, y  soy  testigo como en uno  de  ellos  las  varas  se  volvieron locas. 

-  Es  la  energía  de  millones   de  personas  que  han  pasado  por aquí  dejando  su aura, su  espiritualidad,sus oraciones,sus  deseos...

Del  otro  zahorí, este  de  bolita, ya  contaré  otro  día.

Impresiona  pensar  que  perteneces  a  una  legión de  peregrinos  de  toda  raza  y  condición  que  han  deambulado  por  Europa  durante  siglos. 

Cada  uno   tiene  su  qué,  y  su  por  qué. 

Hubo  un tiempo  en que  los  peregrinos  se  hospedaban en  hospitales de  hospederías  y  monasterios diseminados aquí  y allá, donde  se  mezclaban  los hedores  de caminantes  oscuros, con el  chasquido del  látigo de los flagelantes  que  buscaban  aplacar la ira divina. 

El  miedo se manifestaba al  palpar  los ganglios de las ingles, del cuello y las axilas inflamados en forma de bubones y que después de un periodo de fiebre y delirios finalizaban con un vómito negro.

El contagio de la bacteria  se producía por picaduras de estas pulgas, que solían albergarse en las costuras de los paños. No  cabía  distinción  de armiños de príncipes, calzones  de villanos, casullas de clérigos o harapos de mendigos. 

Andando  el  Camino  encuentras  restos de esos Monasterios.  Aquella  edad  debió  de  ser  terrible. ¿Y    cuál  no  lo  es?.

Me  cruzo con un  deportista  de esos  extremos. Nos  contamos  nuestras  historias.  Me  pregunta  por  la  clase  de  ropa  que  llevo. 

-  Nada  especial.

-  ¿Pero  no  llevas  zapatillas   ligeras  para  la  ducha?. Puedes  coger  hongos.

- No.

Me  mira  como  lo harían  los  peregrinos  del siglo  XIV  a uno   que estuviese  rascándose  los sobacos.

El  tío  va  perfectamente  equipado.
  
Sigo  andando. 

Aquella bacteria, bajo distintas formas, no ha cesado de mutar desde entonces.  No  hace  falta que  sean  ratas,  ni  pulgas,  ni  nuevas  y  extrañas enfermedades. Está  en la cultura, en la política ,en el  deporte, en  la  publicidad, y en la moral. 

Sigue  habiendo caldos de cultivo que todavía perviven. A  lo  peor tú, o   yo, somos una puta bacteria  y  estamos  contagiando  nuestra  gilipollez.

Antes  la ropa de los apestados la echaban al fuego. Luego   vinieron  otras  hogueras y  allí echaban  carne de   crucificados  por  la intolerancia  y el  fanatismo.  Después aquellos vómitos negros no fueron distintos de los ladridos de los  intolerantes por  la  política, la codicia, la  religión , el  odio.

Hoy   la  Peste  está  en  otras  pulgas. Están  refugiadas en las costuras de  eso  que  llamamos  " la Red". El  vómito no  se ve  pero, sí, es  negro, de  una  viscosidad  repelente. Y es  contagiosísima , letal.

En la  habitación  al lado a  la  tuya  puede   estar  tu  hij@  . No  lo ves  pero, quizás, una rata  del tamaño  de  una  liebre  sigue llegando por la nueva ruta de la seda, que es  Internet, y  anda merodeando  debajo de  la  mesa  de  "la  niña".


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ESPACIO RADICAL;ARANDA DE DUERO

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