Camino entre Burgo de Osma y Aranda de Duero.
Me vienen a la memoria dos zahoríes .
Me vienen a la memoria dos zahoríes .
Uno trabajaba en un polígono industrial en la entrada de Burgos. Era paso obligado de peregrinos que hacían el Camino de Santiago. El hombre, así me lo explicó, sabía que ese Camino primigenio había cambiado su trazado durante siglos de caminantes por culpa de las inclemencias del tiempo, las lluvias, o , sencillamente, acortar .
Quedamos un día para probar con unas varillas cual de los tres caminos posibles era el auténtico. Recorrimos los tres, y soy testigo como en uno de ellos las varas se volvieron locas.
- Es la energía de millones de personas que han pasado por aquí dejando su aura, su espiritualidad,sus oraciones,sus deseos...
Del otro zahorí, este de bolita, ya contaré otro día.
Impresiona pensar que perteneces a una legión de peregrinos de toda raza y condición que han deambulado por Europa durante siglos.
Cada uno tiene su qué, y su por qué.
Hubo un tiempo en que los peregrinos se hospedaban en hospitales de hospederías y monasterios diseminados aquí y allá, donde se mezclaban los hedores de caminantes oscuros, con el chasquido del látigo de los flagelantes que buscaban aplacar la ira divina.
Hubo un tiempo en que los peregrinos se hospedaban en hospitales de hospederías y monasterios diseminados aquí y allá, donde se mezclaban los hedores de caminantes oscuros, con el chasquido del látigo de los flagelantes que buscaban aplacar la ira divina.
El miedo se manifestaba al palpar los ganglios de las ingles, del cuello y las axilas inflamados en forma de bubones y que después de un periodo de fiebre y delirios finalizaban con un vómito negro.
El contagio de la bacteria se producía por picaduras de estas pulgas, que solían albergarse en las costuras de los paños. No cabía distinción de armiños de príncipes, calzones de villanos, casullas de clérigos o harapos de mendigos.
Andando el Camino encuentras restos de esos Monasterios. Aquella edad debió de ser terrible. ¿Y cuál no lo es?.
Me cruzo con un deportista de esos extremos. Nos contamos nuestras historias. Me pregunta por la clase de ropa que llevo.
- Nada especial.
- ¿Pero no llevas zapatillas ligeras para la ducha?. Puedes coger hongos.
- No.
Me mira como lo harían los peregrinos del siglo XIV a uno que estuviese rascándose los sobacos.
El tío va perfectamente equipado.
Sigo andando.
Aquella bacteria, bajo distintas formas, no ha cesado de mutar desde entonces. No hace falta que sean ratas, ni pulgas, ni nuevas y extrañas enfermedades. Está en la cultura, en la política ,en el deporte, en la publicidad, y en la moral.
Aquella bacteria, bajo distintas formas, no ha cesado de mutar desde entonces. No hace falta que sean ratas, ni pulgas, ni nuevas y extrañas enfermedades. Está en la cultura, en la política ,en el deporte, en la publicidad, y en la moral.
Sigue habiendo caldos de cultivo que todavía perviven. A lo peor tú, o yo, somos una puta bacteria y estamos contagiando nuestra gilipollez.
Antes la ropa de los apestados la echaban al fuego. Luego vinieron otras hogueras y allí echaban carne de crucificados por la intolerancia y el fanatismo. Después aquellos vómitos negros no fueron distintos de los ladridos de los intolerantes por la política, la codicia, la religión , el odio.
Hoy la Peste está en otras pulgas. Están refugiadas en las costuras de eso que llamamos " la Red". El vómito no se ve pero, sí, es negro, de una viscosidad repelente. Y es contagiosísima , letal.
En la habitación al lado a la tuya puede estar tu hij@ . No lo ves pero, quizás, una rata del tamaño de una liebre sigue llegando por la nueva ruta de la seda, que es Internet, y anda merodeando debajo de la mesa de "la niña".
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ESPACIO RADICAL;ARANDA DE DUERO
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ESPACIO RADICAL;ARANDA DE DUERO
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