viernes, 7 de julio de 2017

LAS FLECHAS

Cuando me nombraron  subdirector de un colegio en Valladolid llamé  a un  personaje y le pedí un consejo :

- Equivócate  con toda seguridad.

De esa frase he hecho, sin saberlo, un estilo de vida.

Una tarde  en el colegio una madre me  puso a de vuelta a  varios profesores . Llevada de un sectarismo atroz aseguró que el colegio era un vivero de  maricas y reprimidos sexuales. Me levanté y  contesté:

- En este momento me debato en la duda de pegarle una ustie  o mandarle a tomal pol saco.

Hoy soy el mejor profesor , dice, que ha tenido en su vida.

LLevo un año en san  Cugat y  antes  de venir  pensé que era  una  decisión equivocada. Otro error. Pero, como siempre, me equivoco  con una seguridad  pasmosa. De todas  formas, hace tiempo que no estoy bien en ningún sitio.

En fin, en san Cugat  el sol  entra  por  la ventana. Casi a  diario saludo a un niño con síndrome de Down  al ir al trabajo. Ojeo el periódico en una cafetería y la  encargada , a  veces,  me invita a un zumo. 

Paseo por Collserola  y  ando perdido en Gallecs. En la estación de Ferrocarriles  me conmueven  las palabras de amor que un padre divorciado  le dirige a su niña que va al colegio, y que no verá hasta  dentro de dos fines de semana. 

Me  apunté de  voluntario a una residencia / escuela de  disminuidos  psíquicos,  y  al llegar a casa después del trabajo me arrellano  en el sillón para leer .

Sé que así  , aunque me equivoque con toda seguridad , la vida  seguirá siendo  hermosa, y que todas las flechas aciagas que la vida nos lanza casi ninguna da en el blanco. Lo que pasa es que nos gusta recogerlas del suelo, observarlas , y empuñadas, para clavarlas  directamente en la frente  para tener una  excusa  que nos haga llorar.

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ESPACIO RADICAL LIBRE; DÍAS DE JULIO.

1 comentario:

  1. No se trata de estar bien en algún sitio sino de estar bien con uno mismo.

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