domingo, 14 de enero de 2018

¿ ME ARREGLARÁS TAMBIÉN EL CORAZÓN ROTO?

No creo que sea fruto de la formación religiosa que recibí, pues  es común denominador de muchas culturas, sean religiosas o no.

Por algo será.

Para mi la muerte, y para muchísima gente que me rodea, y sobre todo si es de alguien cercano, activa un resorte, casi instintivo,que se resume en que " no puede acabarse todo", que las cosas buenas dadas y recibidas no pueden quedar en nada.


Nuestra vida pide otra y no puede terminar del modo que lo hace, a veces tan estúpidamente.

Animado por un blog leo Mimi, un  libro para niños que comienza así: " Lunes,  149 días desde que murió mamá".

Llega muy dentro, y muy lejos, y lo hace tocando un tema muy delicado.

Me acordé de mi padre y de los que  quise y  ya no   están:

«Lo último que hago antes de quedarme frita es susurrar buenas noches a la foto de mami que hay en mi armario y pedirle que arregle el corazón roto de papá. Eso me hace llorar un poco, pero luego me quedo dormida». 

Y más adelante: «Antes de ponerme a dormir cogí la foto de mamá y le dije a que Sally le gustaba George, y le pedí que no se olvidara de hacer que el sol brillara mañana, y le dije que la quería, le di las buenas noches y le deseé que durmiera bien». 


Y, al final: «le di las buenas noches, le deseé que durmiera bien y de alguna manera sentí que ella estaba allí conmigo».

Me ha encantado Mimi. Y me pregunto: ¿arreglarás tú también mi corazón roto cuando estés allí, y me pintarás un día de sol que brille mañana?.



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