sábado, 27 de enero de 2018

OÍR VOCES.

No  es  la  primera  vez  que  me sucede. Estaba  en la sala de estar, en silencio. Eran  las  seis  de la tarde  y anochecía.

De repente  oí  una voz  que  me  nombraba  con fuerza,  y con una nitidez que  me  sobresaltó:

- ¡ Suso!

La  primera  vez que  me  sucedió eso de  oír  una  voz fue  una mañana  que estaba  solo  en el club Herzegovino. 

Alguna  vez  la  escuché  conduciendo. Siempre solo. Y  siempre  mi nombre. Y  me resulta  muy difícil  identificar  su  tono. No  me  es familiar.Aunque  en esto  hubo  excepciones. Escuché  la  de mi padre, la de un buen amigo  ya fallecido  que se llamaba Andreu,y de  Manuela.

A  veces  me  ha reclamado  durante el sueño,  despertando  sobresaltado  y  sudado.

Nunca  les  he  dado  importancia. Sé  que  en muchas  personas  esas  voces  las atribuyen a seres  sobrenaturales, ángeles, demonios, incluso Dios. Pero no  me  considero  tan  importante como  para  ser   receptor  de  mensajes   divinos. 

Ya  conté  hace unos  días que  con  frecuencia hablo  conmigo  mismo. Me  digo  cosas  como  " ¡eres  gilipollas!", o " ¡venga, va, a por ello!"  , " ¡vaya  cagada!"  o  , lamento  decir  que  la  más  de  las veces, " ¡ vaya  culo!", o cualquiera  de  las partes  del cuerpo de  seres  humanos mujeres  que  se  cruzan en mi camino.

Pero  no  se  me  ocurriría  confundirlas  con voces de Dios, o  mensajeros  del  más  allá.

Acompañé  a  unos amigos a  casas  abandonadas, pueblos deshabitados, edificios en ruinas, o cementerios, a  grabar  psicofonías  y  cosas  raras...y nada. Ni   siquiera  cuando  escuchas  la  cinta  que  grabaste.

Pero sí  me  han mostrado  voces  grabadas de coros de ángeles  en unas apariciones de la Virgen, o lamentos de almas en pena  en  cementerios donde  se  habían  realizado  misas negras y  yuyus  de esos.

La  verdad,  no  me  creo  nada  de eso.

Una  vez, fue en  Darníus, colgado en el  precipicio  en   una  roca  y  con temblores en los  dedos  por  no  poder  salir  de  una situación  tan dramática  que  pensé "  este es el fin" y   dejarme caer y  que  fuera  lo  que Dios  quisiera.  Escuché  una  voz   "¡aguanta, ya  queda  poco!".

Segundos  después  encontré  un resquicio  en la  roca  y pude  encontrar  la  vía  de salida.

Lo  mismo  me  sucedió en el mar,  en  una  playa del  Delta  del Ebro. Saltamos  desde  una barca a nadar  hasta la playa, que  parecía  cercana. Pero  no  conseguí  llegar. No me  movía un ápice y  , solo  y  exhausto  decidí  dejarme  en medio  de calambres y asfixiado.  Una  voz  me  gritó, "¡ sigue un  poco  más!"...y segundos  después  pude apoyar  el pie en una duna. Y allí me  quedé  hasta  que  me echaron en falta  y vinieron e mi busca.

También me  ha  sucedido, y  con mucha  frecuencia, escuchar  frases musicales  que oigo  con una  nitidez clarísima. De alguna  después  han  surgido  canciones y letras.

Viví  con un   pisquiatra  y  le conté  alguno  de esos  episodios, aunque  nunca he pensado  que  por estos  síntomas  esté  como una cabra.

- Tú  no  estás loco - me  dijo.  Y  no lo estarás nunca  porque exteriorizas  todo  lo que te sucede. No te   tomas  en serio. Si esas  alucinaciones  que cuentas  te  las  creyeras , sí  que estarías  pallá.

De  todas  formas, en algunas  ocasiones  he  pedido  a  Dios, o a mi ángel, a  algún amigo difunto, que  me hablen...y no, nunca  me han dicho nada.¡Esa sí  sería  buena!




1 comentario:

  1. Yo he escuchado lo que yo llamo "voces anticipadas". Estas en casa y escuchas en tu mente, por ejemplo: "Estas en un error". Parece la voz de alguien en concreto.
    Días después, visitas esa persona, y ella te mira y te dice... "Estas en un error"

    ResponderEliminar