No sé cuantas vueltas me quedan para dar al sol sobre este planeta lleno de bullicio de gentes que andamos un ratín por su corteza.
Ochenta vueltas ya son muchas.Y, sin embargo, no son nada. De momento estoy en la 62 que jamás pensé alcanzaría.
Hay quien , como asnos, no han parado de dar vueltas a esta Noria , un día, otro día, siempre igual. Y hay quien no sabe de vueltas, aunque sus años se cuentan, como a todos, en vueltas alrededor del sol.
La vida, ¡qué más dan las vuelticas que te haya tocado dar!, consiste en apreciar lo que tienes: basta que dejes de poseer algo que tenías para que caigas en la cuenta de lo rico que eras...y, entonces, será demasiado tarde.
Te lo dice uno que ha sido rico unas cuantas veces , y no siempre se coscó del asunto.
Ochenta vueltas ya son muchas.Y, sin embargo, no son nada. De momento estoy en la 62 que jamás pensé alcanzaría.
Hay quien , como asnos, no han parado de dar vueltas a esta Noria , un día, otro día, siempre igual. Y hay quien no sabe de vueltas, aunque sus años se cuentan, como a todos, en vueltas alrededor del sol.
La vida, ¡qué más dan las vuelticas que te haya tocado dar!, consiste en apreciar lo que tienes: basta que dejes de poseer algo que tenías para que caigas en la cuenta de lo rico que eras...y, entonces, será demasiado tarde.
Te lo dice uno que ha sido rico unas cuantas veces , y no siempre se coscó del asunto.
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