Llega ese día en el que quieres parar el reloj, cerrar los ojos, que no corra el tiempo. Sentarte al borde del precipicio, mirar al vacío y no pensar;. Sólo deseas sentir el viento.
Ese instante en el que se cruzan los caminos : uno que da miedo pero ilusiona y tiene su qué, y el otro que es más de lo mismo. Cuando tu cabeza te dice " déjalo, sigue como estás", y el corazón te grita que ya vale.
Momento de decisiones, de plantar cara al mismo miedo, de dudar hasta de quién somos, de llorar ante el espejo.
Momentos de examinar y pensar en futuro, de enfrentarse a uno mismo, de conformarse y perder o cerrar los ojos, contar hasta tres, respirar hondo y saltar al abismo.
Momento de decisiones, de sentir que ya toca y, a la vez, morir de miedo. Ya sabes , ese momento en el que la primera reacción es correr y querer salir de este enredo.
Lucha de corazón y cabeza, de miedos e ilusiones, de pasado y de futuro. Lucha para decidir eso que se resume en huir o vivir.
¡ Ojalá aciertes!
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