martes, 15 de diciembre de 2020

ENTRAR EN LA CÁMARA DE GAS CON UNA ORACIÓN EN LOS LABIOS

 En  Búsqueda de Dios y sentido de la vida. Diálogo entre un teólogo y un psicólogo, le pregunta su interlocutor a Viktor Frankl si rezaba en el campo de concentración y cuando le responde que sí, le repregunta si eso le daba fuerza. Esta es su respuesta:


«No me atrevo a afirmarlo, y no es que con ello quiera indicar que no me ha dado fuerza. Casi diría que me sentía contento de tener fuerza para orar. Pero lo que considero oración en mi vida y para mi vida es hasta tal punto no-utilitario, que no podría decir si eso me ha dado fuerza...

" Orar significa para mí ver realmente las cosas con absoluta independencia de mí mismo". 

Cabría decir que el hombre es el ser que ha inventado las cámaras de gas, pero también el ser que ha entrado en esas mismas cámaras de gas con una oración en los labios; por ello me veo obligado a preguntar: ¿qué habrían podido pedir para sí estos hombres, qué habrían podido implorar, suplicar? 

Nada en absoluto, pues sabían muy bien que no hay noticia de que una muerte en la cámara de gas se haya suspendido alguna vez en el último momento. Pero esa era la verdadera oración, ese fiat, ese amen, la incondicionalidad que ahí se expresa».

Dicho de otro modo: no pidas nada. Déjate querer por Dios. Acepta. Fíate.Abandónate. Entra en la cámara de gas  rezando por tus enemigos.

Todo  lo demás es una mentira.

(Arañazos  en una  cámara  de gas)





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