jueves, 10 de diciembre de 2020

¿ QUÉ HIJOS DE PUTA SOMOS!

Hace unos años empecé a dar catequesis  en unas parroquias del barrio chino , en Montealegre  y la Merced.  La mayoría eran niños en riesgo de exclusión social.


Hay mucho que contar , pero voy a lo que voy.  Cuando uno de ellos  se fijó en los dientes de un catequista  empezó a decir:


–¡Mirad, tiene brackets! ¡Tiene brackets!


–¡Es verdad! –le secundó otro–. Jajajaja, ¡tienes brackets!


–¡Es como Tiburón! –gritaba un tercero.


Y entonces me dije: joder, con las criaturas! 


Esto son los niños. La crueldad mamífera de los niños. Yo también fui uno de ellos y también me mofaba de los compañeros que estaban gordos, o eran cojos, o llevaban gafas, o hablaban tartamudo, o eran torpes en general. 


En Viaró me sucedió lo mismo. Allí los niños eran pijos pata negra, pero la crueldad similar. Les hacía gracia que llevaba a las excursiones unas "maripís", y entonces me llamaban " traper", de traperillo.


Lo mismo me sucedió en lugares muy diferentes, daba lo mismo ricos, pobres, o pringaos. En todas los barrios hay clases sociales. En unos se lleva con más o menos gracia, y en otros la cosa es más descarada. Por ejemplo, los muy muy no les gusta marcar y fardar de marca que se vea el logo. Son tan tan que saben que sabes.


En otros lugares lo petan llevando un logo que les estampe todo el cuerpo, en plan " La Martinica".


Pero uno va cumpliendo años y ganando capas de civismo, muchas veces sin querer, y empieza a olvidarse de los átomos fundadores. Y sí...somos muy , pero que muy  hijos de puta.





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