sábado, 12 de diciembre de 2020

NO TE OLVIDES DE AQUELLOS DÍAS.

El día que dejé el opus dei  fui a Zaragoza. No tenía donde caerme muerto, debía ir sagrado, a casa de mis padres.


La entrada no trata de saldar asuntos con el pasado, con gente que se portó así o asá. Trata de no olvidar.


Entré en casa, un hogar humilde, con dos personas muy buenas, muy sencillas. Mis padres. Perplejos, preocupados. Tristes. Mucho. Su hijo regresaba a casa sin un duro- apenas 1200 euros- con una apuesta de media vida perdida, y con un divieso de pus que debía reventar  allí, a esa pobre gente: decirles la verdad de por qué estaba allí.


Y así lo hice.


No tenía trabajo. Estaba en el paro. Mi currículum era una cadena de colegios donde había trabajado más por mi condición  de pertenencia que a méritos propios, sin ninguna experiencia en otro sector. Y en septiembre.


La entrada va de eso, del paro. Era muy duro. Fueron tres meses yendo a Madrid, a Barcelona, paseando por Zaragoza. Llamadas telefónicas, citas , plantones, horas de espera,  esperanzas sin  sentido. 


Y con Manuela esperando en Valladolid , animada, animando. 


Y recuerdas aquellos que sí estuvieron. Y no quieres olvidar.  La que te dio dinero que dolía. El que  vino a ti cuando estabas apestado. Tus padres, que no entendían nada, y allí estaban.


Aquello lo recuerdo muy duro. Y me decía " cuando salgas de esta no te olvides".


Era un péndulo sin fin. En un minuto concreto podía estar pensando Dios mío, mi vida es un desastre, estoy en una situación desesperada, no tengo familia, no tengo ni un amigo, la soledad se me amontona,, si esto no sale me voy a la mierda , Manuela no aguantará...¿ en qué trabajaré si no sé hacer nada?  


Y dos horas después ponerme a pensar alegre y hacia arriba por exactamente los mismos motivos, Dios mío, qué afortunado soy, no tengo familia, no tengo amigos, soy imparable, la soledad es mi  maestra etc. 


Y un día, no sabes cómo, tres meses después, un día de luz, todo se encauza, y la vida encaja sin golpes ni empujones. Suavecito. 


Pero me dije " no olvides estos meses, ni esa gente que vas a encontrar tirada en la calle del mismo modo que tú estuviste".



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