He conocido hombres crueles, y alguna
mujer.
La crueldad se siembra. No nacemos crueles, lo mismo que no nacemos hipócritas, ni nacemos mentirosos, ni nacemos piadosos, ni nacemos reprimidos sexualmente, o más salidos que un balcón...todo eso se educa. Y si me dices cuando, yo creo que en los primeros ocho años de nuestra vida.
¿Y quién siembra esas semillas?. Por un lado nuestros padres, nuestra familia, el ambiente, y el entorno. Si quieres saber por qué tienes una sexualidad tan desordenada regresa a tu infancia. Es posible que descubras que te gustas muy poco. A lo mejor, que te desprecias.
A muchos les han enseñando que la violencia es un método para resolver conflictos. Y cuando llegan los conflictos, actúan activando una tecla, es algo automatizado, que genera una respuestas de animal acorralado, o de un macho alfa aporreándose el pecho entre alaridos escalofriantes.
Pero todo eso es mentira. Nacemos buenos, tanto, que para mentir hay que ir a una escuela de Arte Dramático para que nos enseñen a simular estados. Un niño cuando miente se pone colorado, le sudan las manos, mira para otro lado...se le nota.
Pero si es hijo de mentirosos, la escuela de Arte la tiene en casa, y las cuela mejor que Robert de Niro.
Si el niño es violento, ni te cuento...
La crueldad se siembra. No nacemos crueles, lo mismo que no nacemos hipócritas, ni nacemos mentirosos, ni nacemos piadosos, ni nacemos reprimidos sexualmente, o más salidos que un balcón...todo eso se educa. Y si me dices cuando, yo creo que en los primeros ocho años de nuestra vida.
¿Y quién siembra esas semillas?. Por un lado nuestros padres, nuestra familia, el ambiente, y el entorno. Si quieres saber por qué tienes una sexualidad tan desordenada regresa a tu infancia. Es posible que descubras que te gustas muy poco. A lo mejor, que te desprecias.
A muchos les han enseñando que la violencia es un método para resolver conflictos. Y cuando llegan los conflictos, actúan activando una tecla, es algo automatizado, que genera una respuestas de animal acorralado, o de un macho alfa aporreándose el pecho entre alaridos escalofriantes.
Pero todo eso es mentira. Nacemos buenos, tanto, que para mentir hay que ir a una escuela de Arte Dramático para que nos enseñen a simular estados. Un niño cuando miente se pone colorado, le sudan las manos, mira para otro lado...se le nota.
Pero si es hijo de mentirosos, la escuela de Arte la tiene en casa, y las cuela mejor que Robert de Niro.
Si el niño es violento, ni te cuento...
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ResponderEliminarEn mi opinión, el hombre vive para los otros hombres. Puedes vivir para buscar su admiración (profesional, económica, erótica...), que es subyugarlos. O puedes vivir para compartir, que sería lo opuesto a una actitud egocéntrica. Aunque también es egocéntrica: es una satisfacción hacer el bien y creerse mejor que los demás.
ResponderEliminar¿Cuál es tu yo ideal? ¿qué alejado te consideras de las expectativas que has forjado tú para ti mismo? No lo has forjado tú solo, la educación consiste en ayudarte a crear ese "yo ideal". Una persona equilibrada debe corregir durante toda su vida ese objetivo, en base a su experiencia. La educación, muy mal entendida, nos lleva al narcisismo (la competitividad, por ejemplo). Y eso provoca en muchos sentimientos de inferioridad.
Volviendo a citar a Camus: llega un momento en la vida en que somos responsables de la cara que tenemos. Creo que todos somos responsables del bien y del mal que hacemos, o que permitimos.
Bien chicos: leí la entrada por la mañana y he estado pensando en lo que decis. Suso, que es maestro, cree en la educación. Lux, que adora las paradojas, no acaba de definirse, aunque parece que le gustaría decantarse también por la educación. Harry, que es un animal moral, pone como siempre, el libre albedrío por encima de todo. ¿Qué conclusión saco yo? (aunque esto sea absolutamente intrascendente para todo el mundo excepto para mí, que sigo hecha un lio) Pues que más bien nacemos crueles (casi todos) y nos cuesta un mundo ir civilizándonos. Ves a los enanos riéndose de la desgracia ajena, martirizando al gafotas, al gordito, al esmirriao y tienes que explicarles que eso no está bien. Y hay muchos a los que les cuesta entender por qué. La crueldad parece que es cosa de la condición humana y la educación, depende de cómo sea, el freno o el acelerante. Pero es algo que está ahí: no se te pega, como la gripe.
ResponderEliminarHabló el otro día Suso de B. Russell. En su libro de retratos dice una cosa sobre Joseph Conrad que me ha recordado la entrada de hoy. Dice así:
ResponderEliminar"Creo que Conrad pensaba que la vida humana civilizada y moralmente tolerable era algo así como un peligroso paseo sobre una delgada corteza de lava recientemente enfriada, que en cualquier momento podía romperse, precipitando al imprudente en las ardientes profundidades. Era perfectamente consciente de las diversas formas de locura apasionada a la que están expuestos los hombres y por ello creía tan profundamente en la importancia de la educación. Se podía decir que su punto de vista era, quizá, la antítesis del de Rousseau: "El hombre nace encadenado, pero puede llegar a ser libre". Llega a ser libre, creo que quería decir Conrad, no dando rienda suelta a sus impulsos (...) sino sometiendo los ciegos instintos a fines superiores". Encuentro esta idea de Conrad básicamente acertada en lo que a la crueldad se refiere.
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