He leído “Intelectuales”, de Paul
Johnson. Una libro que se disfruta, una lectura que recomiendo
vivísimamente.
Son biografías profundas y muy
entretenidas de los grandes que cambiaron el mundo. Si bien ninguno
de nosotros soportaría un análisis detenido de nuestra biografía
sin enrojecer por sus contradicciones, la de éstos “sabios”
tiene el agravante de que iban de Faros de la Humanidad.
Y sus vidas eran, en bastantes casos,
repugnantes: Rousseau, Marx, Ibsen, Tosltoi, Brecht...
Llama la atención en esas biografías
varios comunes denominadores que se repiten en unos y en otros y, me
temo, que es moneda corriente en muchos de los grandes del mundo.
Uno es el sexo. El sexo nos iguala a
todos. Mucho que si la educación, o la lucha de clases, o la defensa
de la conciencia personal...pero al final, resultan ser tan vulgares
y rastreros como ratas. Hay páginas repugnantes, donde el ídolo se
viene abajo, ¡y de qué manera!
Otro es la niñez desgraciada o, en su
defecto, de hijos únicos. Y la falta de correspondencia a ese amor
desinteresado que disfrutaron.
Una tercera es el desprecio por las
mujeres que les amaron. Y bastante más que desprecio. Son, quizás,
las páginas más indignantes. Las más tristes.
Y una cuarta, una vanidad oceánica,
una suerte de estar a mi lado, un creerse un regalo para sus
anfitriones y para el mundo. Una fatua superioridad que se adornaba
de complementos acomplejados y tonterías del mundo.
En fin, que os recomiendo
“Intelectuales”, un hallazgo que me agradeceréis. No tiene una
sola página- y son cientos- que no valga la pena.
Está disponible en enlaces de "bibliotecas digitales".
Lo leí en su día y me sirvió para demitificar a tanto ídolo de barro que anda por el mundo.
ResponderEliminarEn el caso de los artistas, solemos pensar que el que hace cosas bellas tiene también un alma bella.
ResponderEliminarIgual pasa con los predicadores: el que dice cosas bonitas es una buena persona. El padre Maciel predicaba sobre la Virgen y encendía los deseos de pureza de sus feligreses.
Cuánta técnica y cuánto interés. Antonio Machado escribió una oda al pistolero Líster, quién sabe el porqué.
"Si mi pluma valiera tu pistola
de capitán, contento moriría".
"anonimo modesto", tienes pinta de ser el que eres... quitate la máscara egg!
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